Cuotas de género y reducción de violencia
Margarita Cedeño
@Margaritacdf
Durante muchos años hemos postulado por el acceso de la mujer a los espacios políticos, como una forma de promover una sociedad más incluyente que adopte políticas públicas que respondan a la realidad de la mujer en el mundo.
Los hallazgos científicos respaldan nuestra postura, en el sentido de que una mayor representación femenina en los estamentos de poder se traduce en una mejora de los indicadores sociales y económicos de la mujer, y mejor aún, impacta de manera transversal en toda la familia y la sociedad.
Un reciente estudio publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo respalda estas afirmaciones en lo que se refiere a la reducción de la violencia de género. La tesis de Veronica Frisancho, Evi Pappa y Chiara Santantonio es que la elección de mujeres a escaños electorales resulta en un mayor empoderamiento femenino, lo que a su vez se traduce en una mejora de varios indicadores claves.
Las investigadoras demostraron que la elección de una representante mujer resultó en un mayor número de denuncias de acoso y discriminación en el Distrito representado y, a la vez, mayor eficiencia en los estamentos policiales para responder a las denuncias.
El efecto no es casual.
Cuando la opinión pública y los medios de comunicación visibilizan a la mujer en roles de toma de decisión y de ejercicio de poder, se modifican patrones culturales que propician la impunidad y la normalización de situaciones que generan violencia hacia la mujer.
En Brasil se realizó un estudio parecido para identificar si la elección de una alcaldesa llevó a menores tasas de violencia de género en una comuna.
Los resultados arrojaron que, al elegirse a una mujer al principal cargo municipal, las tasas de atención hospitalaria a casos de violencia disminuyeron en un 52%.
Los resultados indican que una mujer alcaldesa reduce los casos de violencia en el hogar y en la vía pública, y en casos de agresión física y agresión con un arma de fuego.
Este tipo de resultados también se puede observar en otros indicadores sociales.
La elección de mujeres a puestos electivos resulta en una mejora en los índices de asistencia escolar, en los indicadores de salud y bienestar emocional y en los indicadores financieros de los hogares.
Es decir, los ingresos femeninos impactan en el desarrollo humano y mejora de calidad de vida.
Sin embargo, sabemos que el acceso de la mujer a puestos electivos está limitado y aunque las cuotas de género han permitido un avance importante, aún estamos muy lejos del escenario deseado en cuanto a participación de mujer en la política.
Las cuotas de género han ido cumpliendo su función.
Son imprescindibles para igualar un mundo que ha excluido a las mujeres por siglos, son necesarias hasta que logremos la igualdad en la participación, salario y toma de decisiones.
A los que son escépticos en cuanto a la importancia de las cuotas de género hay que convencerlos con datos, con informaciones que respalden la importancia de que la mujer forme parte de los espacios de toma de decisión, si es que queremos un mundo y una sociedad que priorice el bienestar de lo seres humanos, reduzca la corrupción y no deje a nadie atrás.
La mujer en la política seguirá marcando la diferencia y cada vez somos más.