De chamaco…

César Duvernay

Superando las noticias de fin e inicio de año, e incluso hasta el rebrote del Covid-19 y la variante Ómicron, la acción  del presidente Luis Abinader el pasado jueves, cuando en un almuerzo con militares en la frontera vistió un atuendo militar, sigue generando reacciones.

Con un diciembre de aplaudibles medidas tales como la entrega de un millón 700 mil tarjetas navideñas e incremento de mil pesos adicionales a los pertenecientes al programa “Supérate”; la gracia aduanal de hasta 4 mil dólares a los viajeros con el reembolso de los diez dólares de impuestos, y la culminación del peaje sombra.

Adicionado a ferias con venta de combos de alimentos a bajos precios, flexibilización horaria para los centros de diversión y habilitación de más de una veintena de vuelos desde los Estados Unidos a menos de 500 dólares, Abinader corona (y no necesariamente por su segundo apellido) con un gesto necesario que eleva  la autoestima de los militares dominicanos.

El mensaje, aunque nuevo para los dominicanos, sin embargo es normal en otras latitudes cuando, y desde su condición de comandantes en jefe de las fuerzas militares, los presidentes se han vestido con dichas prendas ( Xi Jinpin, Bill Clinton, Pepe Mujica, George Bush y Donald Trump entre otros).

Tanto nuestra Constitución como la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas establecen que el presidente es la autoridad suprema de las mismas. Así las cosas, de chamaco, pero sin insignias, Luis Abinader, quien les ha mejorado sus salarios, el seguro médico y el avituallamiento,  se pone con esa ropa en la piel de los militares y les reafirma su respeto, diciéndoles que se siente orgulloso de ellos, pero sobretodo,  de ser su comandante.

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