De Kent a Kiev: exsoldados británicos equipan a la resistencia ucraniana (Video)

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Folkestone (R.Unido), 7 mar (EFE).- En un pequeño almacén en el sureste de Inglaterra se apilan uniformes de camuflaje, cascos y botas de antiguos soldados británicos a la espera de ser recogidos por ucranianos que bien marcharán al frente o lo enviarán a sus compatriotas que luchan contra el ejército ruso en Ucrania.

Sacos de dormir, mochilas y chalecos antibala -sin la armadura, pues su venta, así como la de armamento, está muy restringida en el Reino Unido- son algunas de las piezas más solicitadas por los grupos que diariamente visitan el comercio de suministros militares de Wooza, un exsargento del inglés Real Regimiento Princesa de Gales, en Folkestone, en el condado inglés de Kent.

Además del excedente que adquiere del Ministerio británico de Defensa, que vende a precio rebajado, Wooza, quien prefiere no dar su verdadero nombre, les ofrece gratuitamente el material que donan otros veteranos de las Fuerzas Armadas, como los termos, chaquetas y gafas que este fin de semana fue a buscar personalmente en su furgoneta a la isla de Wight, a más de 235 kilómetros de distancia.

«Tenemos que intentar equiparlos lo mejor que podamos», pese a que los suministros suelen ser de segunda mano y algo anticuados, explica a Efe el antiguo mando, que estuvo en campañas como la guerra del Golfo, Kosovo e Irlanda del Norte.

«Lo primero que hacemos es quitar todas las insignias y asegurarnos de que no hay banderas británicas, porque no sería nada bueno que la televisión rusa captara a un soldado ucraniano con una Union Jack y se le tomara por británico», señala.

Wooza, que ya proveyó a ucranianos durante la Guerra de Crimea de 2014, opina que el Gobierno de Londres debería enviar a Kiev «no solo misiles sino también equipamiento de protección personal» para los voluntarios de las Unidades de Defensa Territorial, pues «además de defenderse, tienen que sobrevivir».

En este sentido, presiona para que le permitan vender bajo un contrato excepcional «solo para ucranianos» componentes militares más sofisticados, como chalecos acorazados y accesorios modernos de calidad.

«Yo hago todo lo que puedo. He estado en lugares devastados por la guerra, sé de qué va esto. Si pudiera, yo mismo iría al frente», declara, mientras rebusca entre los montones de ropa.

MÚLTIPLES GRANITOS DE ARENA

En este lluvioso día en Folkestone llegan al almacén de la tienda de Wooza numerosos ucranianos residentes en el Reino Unido para examinar la mercancía.

Aunque ocasionalmente los hay que se van directamente al frente por el cercano túnel del Canal de la Mancha, hoy vienen sobre todo a reunir suministros para trasladar a su país.

Tarás, un albañil de 28 años que vive en Londres, cuenta a Efe en su escaso inglés que busca uniformes y botas para «una veintena» de conocidos que combaten cerca de su ciudad natal de Lviv (Leópolis, o Lvov para los rusos).

«Mi familia ha decidido quedarse allí. Tenemos una casa y los abuelos están mayores. Pero mi hermano está luchando», relata, mientras carga el maletero del coche en el que ha viajado a la ciudad costera con dos compañeros.

Nik y Petró Matlovsky y Vova Haidez, que llegaron a Inglaterra hace apenas un año para recolectar fruta, adquieren por su parte cuerdas y ropa militares, mientras que otro grupo de ucranianos se lleva un montón de gruesas botas de invierno.

Muchos ciudadanos conmocionados por la invasión rusa desean ayudar al pueblo ucraniano.

Durante la visita de Efe, se pasa casualmente por el almacén Henry Bolton, exdirigente del eurófobo Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) y vecino de la zona, que proyecta impulsar una red nacional de distribución de suministros a Ucrania.

«He hecho una propuesta al liderazgo ucraniano en el Reino Unido para coordinar el esfuerzo tanto de ayuda humanitaria como de resiliencia (o militar)», explica a Efe este antiguo militar.

Un hombre que dice haber sido agente de la inteligencia militar británica se presenta en la tienda para «asesorar» a los compradores sobre «cuál es el mejor equipamiento para las frías condiciones del frente ucraniano».

Más tarde, sorprenden a todos con un regalo Stephen Marsh y su esposa, Gillian George, dueños de un comercio de señales comerciales en la cercana localidad de Dover.

«Esta mañana nos hemos planteado, ¿cómo podríamos aportar nuestro granito de arena? Y hemos decidido ir a la oficina de cambio para obtener 1.200 euros y los donaremos en sobres de 100 a quienes vengan, para que compren gasolina o lo que haga falta», dicen a Efe, mientras sostienen unos grandes imanes con la bandera ucraniana que han fabricado para la ocasión.

Judith Mora

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