De la prisión a la esperanza: INFOTEP transforma vidas tras las rejas
· INFOTEP impulsa la reinserción social de personas privadas de libertad a través de la formación técnico profesional, abriendo oportunidades reales más allá de los muros.
Santo Domingo, 8 junio. – Hay historias que merecen contarse una y otra vez, una de ellas acaba de renovarse con fuerza cuando el talento, la dignidad y la transformación se hicieron visibles en el marco de la Tercera Feria Artesanal y de Producción del Sistema Penitenciario.
Pero más allá del evento en sí, lo que sigue resonando es el poder que tiene la formación técnico profesional para cambiar vidas, incluso detrás de los barrotes.
En los centros penitenciarios del país, el INFOTEP no solo enseña oficios: cultiva esperanza. Lo que empieza con una clase de costura, ebanistería o bisutería, termina por convertirse en un camino real hacia la reinserción, donde cada habilidad adquirida es un paso más hacia la libertad interior y social.
Hoy, cuando aún se exhiben los productos elaborados con manos decididas a cambiar, el mensaje es claro: sí es posible salir transformado de una prisión.
Aprender para transformar

Durante la feria, celebrada en el Pabellón de las Naciones del Centro de los Héroes, el pasado mes de mayo, decenas de personas privadas de libertad mostraron al país lo que han sido capaces de lograr con formación, disciplina y compromiso.
Desde muebles hasta carteras, calzados, piezas decorativas, ropa y bisutería, los productos exhibidos y vendidos al público fueron elaborados en su totalidad por internos e internas formados por el INFOTEP en los centros penitenciarios.
Entre ellos, destaca la historia de Ángela Campusano, de 41 años, quien lleva seis años recibiendo formación técnica dentro del CCR-2 Najayo Mujeres.
“He realizado 52 cursos en INFOTEP y seguiré capacitándome. También soy profesora dando clases a niños de San Cristóbal y me ha ido muy bien. De lo que hago ahora mantengo a mi familia, le pago los cursos a mis hijos, su universidad, y también me mantengo yo misma”, expresó con orgullo.
Ángela, como muchas otras mujeres recluidas, descubrió dentro de la cárcel un propósito que en libertad quizás nunca habría imaginado alcanzar. Hoy vende pulseras, collares, cintillos y otros artículos hechos a mano, fruto de una nueva visión de vida forjada en el aprendizaje.
Una libertad que se teje desde adentro
El testimonio de Herna Beriguete, de 31 años, reafirma la dimensión emocional que tiene esta formación en contextos de encierro.
“Hemos trabajado con cristales, mascarillas, lazos y mochilas. He aprendido costura con mucha dedicación. Estar en constante formación me ha hecho sentir libre y con la mente despejada”, relató.
Con sus ingresos ayuda a sus hijos y a su madre, demostrando que, incluso en condiciones adversas, se puede ser sostén y motor de un hogar.
Del mismo modo, Humberto Ogando, de 42 años, valora lo aprendido con una visión emprendedora. “El INFOTEP no solamente me ha ayudado a sobrellevar mi condena, sino también dotándome de herramientas para trabajar y salir adelante decentemente con mi propio negocio”, expresó, mientras presentaba las canastas y cofres que elabora con tejido de guano.
Resultados que hablan

Más de 900 reclusos y reclusas han sido formados en los últimos cinco años por el INFOTEP como parte de un programa de capacitación diseñado para facilitar su reinserción laboral y social.
La iniciativa es fruto de un acuerdo con la Procuraduría General de la República y la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales (DGSPC), y se sustenta en la Ley 113-21, que establece el trabajo penitenciario como eje de rehabilitación.
“Hoy hay entre 20 y 25 privados de libertad que están en condición de medio libre, otros realizando jornadas y trabajos que tienen permiso. Estamos eternamente agradecidos con Rafael Santos Badía y el INFOTEP por este apoyo a los reclusos que elaboran productos con sus propias manos y de mucha calidad”, afirmó Roberto Hernández Basilio, director general de la DGSPC, durante la feria.
También destacó que cerca del 60 % de los expositores eran mujeres, y que parte de las ganancias de sus ventas regresa directamente a los centros penitenciarios, fomentando un ecosistema de autosostenibilidad y dignificación del trabajo.
Una política de segunda oportunidad
La procuradora general de la República, Yeni Berenice Reynoso, valoró el enfoque de la feria como parte de una política pública orientada a la verdadera rehabilitación.
“No solo se trata de modernidad, sino de cumplir la ley. La reinserción es un mandato que estamos asumiendo con responsabilidad”, dijo, al tiempo que anunció el relanzamiento de 15 importantes iniciativas a favor del sistema penitenciario.
El evento fue acompañado por expresiones artísticas protagonizadas por los propios internos: una orquesta, grupos de baile y un desfile de moda con prendas confeccionadas en los centros. Asistieron autoridades, familiares, amigos y ciudadanos interesados en apoyar el talento que emerge en condiciones de reclusión, pero con mirada de futuro.
Más allá de los barrotes
El programa de formación del INFOTEP en los recintos carcelarios no solo enseña oficios. Enseña a creer de nuevo, a sentirse útiles, a reconectarse con la sociedad desde lo que cada uno puede aportar. Lo que se vivió el pasado 23 de mayo no fue una simple feria: fue una declaración colectiva de que, con las herramientas adecuadas, es posible volver a empezar.
Porque en cada artículo vendido, en cada curso aprobado y en cada testimonio compartido, queda claro que la verdadera libertad empieza dentro de uno mismo. Y el INFOTEP, con su visión de formación humana y técnica, está abriendo puertas que el encierro nunca podrá cerrar.