Defendiendo el río y los ríos

Altagracia Paulino

El feriado del 16 de agosto lo dedicamos a ver documentales referentes al agua, la guerra del agua, las amenazas del agua, los lugares del planeta que carecen del vital líquido y resultó como una película apocalíptica y de terror ver como en el oeste de Estados Unidos el gobierno suministra el agua en camiones cisterna porque ya no tienen agua.

Lo mismo sucede en Alemania, Inglaterra y Canadá, sin mencionar lo que ocurre en África, donde las migraciones ya no son solo por problemas económicos, son por la falta de agua.

Tanto en Baviera, Alemania, como en Ávila Beach y Mendocino, California, los gobiernos han tenido que intervenir para suministrar agua. En Mendocino, los restaurantes reciben raciones de agua y han tenido que clausurar los baños, hacer inodoros portátiles y el Estado declarar la emergencia.

La falta de agua genera además una crisis sanitaria, y los encargados de la gestión del agua alegan que viven la peor sequía de los últimos cien años. El propietario de un restaurante recordó que “una cosa es no tener wifi y otra es no tener agua”. Es para pensar en el recurso, que en esta época del año abunda en la isla por las lluvias, pero, como hemos advertido en otra entrega, el recurso está amenazado.

En nuestro país hay un despertar respecto a la valoración del agua y no viene desde la administración, viene desde las bases; como las comunidades que se han levantado por la defensa de sus ríos bajo la consigna de que, “el agua vale más que el oro”, todo referido a la minería, cuya actividad consume gran cantidad de agua.

El pasado 10 de agosto en la comunidad de Jamao lanzaron la proclama de defender al río que lleva su nombre; reclamaron que las granjas que operan en la zona, que contaminan sus aguas y socavan el río, deben ser intervenidas para que el río no desaparezca. Impresionante manifestación que debe llamar la atención a las autoridades para que los granjeros construyan plantas de tratamiento y dejen de lanzar al río los desechos que generan.

Habíamos vivido la marcha de la comunidad de Cuance, en Monte Plata, en contra de la pretendida presa de cola que contaminaría las aguas del Ozama e Isabela. Por suerte, la minera cambió de plan debido a la presión social.

Tenemos lucha por el agua en casi toda la geografía nacional; en Masipedro, Bonao, celebraron una marcha el día 7 de agosto en contra de una hidroeléctrica privada que se construye al margen de la comunidad; en Santiago Rodríguez piden el rediseño de la presa Boca de los Ríos, para que puedan beneficiarse de las aguas Santiago Rodríguez, Dajabón y Montecristi.

En el sur, la Coalición Enriquillo clama por la reforestación de la Cuenca del Yaque del Sur, la cual sería el pasaje para abastecer la presa de Monte Grande.

Desde la administración se contempla el Pacto por el Agua, existe el peligro de la privatización del recurso. Hay que verse en el espejo; son los gobiernos los que han tenido que salir a suplir el agua a los ciudadanos en camiones cisternas, donde hay emergencia por la carencia.

Publicado originalmente en Hoy

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