Desafíos ambientales en República Dominicana: Salvaguardando el patrimonio verde
Santo Domingo, 8 de enero – Eleuterio Martínez, presidente de la Academia Dominicana de Ciencias, realiza un análisis detallado de los desafíos ambientales más apremiantes en República Dominicana.
El cambio climático, según Martínez, se perfila como el origen de los problemas ambientales más significativos del país. Este fenómeno conlleva eventos extremos, como sequías e inundaciones intensas, que impactan en la seguridad alimentaria, la producción agrícola y ganadera, así como en la seguridad y el bienestar de las personas, especialmente en zonas vulnerables cercanas a cuerpos de agua.
A principios del año pasado, el país sufrió una severa sequía que afectó tanto la producción agrícola como ganadera, prolongándose durante aproximadamente seis meses y reduciendo drásticamente la disponibilidad de agua para la agricultura.
Por otro lado, en noviembre, las lluvias torrenciales causaron inundaciones en diversas áreas, especialmente en la Capital, generando daños en propiedades públicas y privadas, y lamentablemente, pérdidas de vidas humanas. Estos sucesos volvieron a poner de relieve la situación de vulnerabilidad en las zonas cercanas a ríos y arroyos.
Eleuterio Martínez destaca la problemática de las zonas vulnerables situadas a la orilla de arroyos y ríos, señalando que casi todas están protegidas por estar en el cinturón verde del país. Hace hincapié en que estas zonas enfrentan grandes desafíos y destaca la importancia de abordar estas áreas de alta vulnerabilidad.
La construcción de un canal sobre el Río Masacre, en el lado haitiano, también ha generado tensiones ambientales, ya que República Dominicana suministra agua del río Masacre a Haití. Martínez expresa que este conflicto tiene dimensiones internacionales que requieren atención urgente para su resolución.
Valle Nuevo, una extensa área protegida, enfrentó incendios a principios de año, generando preocupaciones sobre la preservación de estos espacios que son vitales para el abastecimiento de agua a nivel nacional.
La Sierra de Bahoruco, que alberga un parque nacional, está experimentando una intensa actividad agrícola, lo cual plantea un desafío para la preservación de esta área natural.
El experto señala la venta de terrenos en Mano Juan, isla Saona, como un riesgo para la conservación de esta zona que hasta ahora ha permanecido relativamente intacta.
El vertido ilegal de residuos de construcción y otros desechos en áreas cercanas al río Ozama por parte de camiones representa una preocupación ambiental significativa. Esto fomenta la creación de asentamientos ilegales que contaminan el acuífero y amenazan la integridad del cinturón verde.
Martínez sospecha la presencia de intereses poderosos detrás de estas acciones, lo cual ha llevado a la formación de un nuevo barrio, «encima del Máximo Gómez».
El tema del vertedero de Duquesa, un asunto ambiental de larga data, sigue siendo preocupante. Martínez lamenta que el cierre planificado para este vertedero vuelva a emplear una medida ineficaz y contaminante: «Para clausurar Duquesa, planean cubrirlo con arcilla, lo cual simplemente oculta el problema».
La Academia de Ciencias sugiere la industrialización de Duquesa como una posible solución para abordar los gases de efecto invernadero y los lixiviados, e insiste en la necesidad de transformarlo en un vertedero de cero residuos.
La contaminación en áreas como Puerto Viejo, en Los Negros, Azua, debido a la presencia de una barcaza en un refugio de vida silvestre, ha generado preocupaciones. Además, la instalación de una planta generadora de electricidad ha causado problemas medioambientales, como incendios y la muerte de peces.
La ubicación de proyectos mineros en áreas de alta producción de agua plantea desafíos, como es el caso de la cabecera del río San Juan y Loma Miranda. Martínez destaca la necesidad de buscar soluciones que equilibren la necesidad de agua con la explotación minera.
Martínez concluye subrayando la importancia de resolver los problemas ambientales existentes para preservar y proteger los recursos naturales esenciales para la vida en República Dominicana.
