Designación de Magín Díaz aviva expectativas sobre posible reforma fiscal en República Dominicana
Por Manuel Jiménez
Santo Domingo, 27 de julio de 2025 — La designación de Magín Díaz como nuevo ministro de Hacienda y Economía ha generado un amplio debate en círculos políticos y económicos del país, alimentando la percepción de que el gobierno se prepara para implementar una reforma fiscal estructural.
La trayectoria del funcionario, caracterizada por su postura crítica frente al desempeño económico reciente, ha sido interpretada por analistas como una señal clara de un cambio en la política fiscal dominicana.
Díaz, exdirector de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), ha sido un férreo defensor de un sistema tributario más equitativo, de mayor eficiencia recaudatoria y orientado a garantizar mayores recursos al Estado sin cargar desproporcionadamente a los sectores de menores ingresos.
Asimismo, ha advertido en diversas ocasiones sobre los efectos del alto endeudamiento y el bajo nivel de presión tributaria en la sostenibilidad de las finanzas públicas.
Durante el año 2024, el déficit fiscal se situó en un 3.09 % del Producto Interno Bruto (PIB), según cifras oficiales, lo que equivale a unos US$3,847 millones.
Aunque la cifra representa una ligera mejora frente al año anterior, el desbalance continúa siendo un factor crítico en la economía nacional. A esto se suma el hecho de que el pago de intereses de la deuda pública representa una proporción creciente del presupuesto nacional, superando incluso la inversión pública.
De acuerdo con datos de la Dirección General de Crédito Público, al mes de mayo de 2025 la deuda del sector público no financiero asciende a US$61,164.8 millones, representando el 46.9 % del PIB.
De ese total, el 34.1 % corresponde a deuda externa y el 12.9 % a deuda interna, lo que refleja un escenario de fuerte compromiso financiero que limita la capacidad del Estado para responder a las necesidades sociales de la población.
En este contexto, declaraciones recientes del propio gobierno han reconocido que los bajos ingresos fiscales afectan la posibilidad de cumplir con la creciente demanda de servicios sociales y obras públicas. Esto ha reforzado las expectativas sobre una posible reforma fiscal, orientada a aumentar los ingresos estatales de forma sostenida y progresiva.
Economistas y dirigentes políticos coinciden en que el nombramiento de Magín Díaz, junto a estas señales oficiales, indican una intención real del gobierno de revisar el sistema tributario.
No obstante, no se ha definido si la estrategia se materializará mediante una reforma legal o a través de una mejora significativa en la administración tributaria, área que no ha mostrado avances relevantes en los últimos años.
Magín Díaz ha sostenido que cualquier reforma debe nacer de un consenso político y social amplio, con el fin de asegurar su legitimidad y sostenibilidad.
Su posición ha sido clara en cuanto a que el Estado necesita más recursos, pero estos deben provenir de un sistema justo, que distribuya la carga tributaria de manera más balanceada y reduzca los privilegios fiscales regresivos.
A la espera de una definición oficial, el país se mantiene expectante. Todo parece indicar que el gobierno dominicano tiene planes concretos para incrementar sus ingresos, ya sea mediante una reforma fiscal integral o a través de una modernización efectiva de su sistema tributario. En cualquier caso, el desafío será lograr un equilibrio entre la necesidad de sostenibilidad fiscal y el compromiso con la equidad social.