¿Desvarío del INFOTEP?

Por JUAN LLADO 

Estupefacción ha causado la noticia de que INFOTEP se ha embarcado en ofrecer programas de capacitación a dominicanos residentes en el exterior. La prensa reporta que, además de los programas que ya se ofrecen en los Estados Unidos, se adicionarán ahora los de 14 países europeos en 42 ciudades del viejo continente. El anuncio no especifica si tales ofertas serán por internet o si serán presenciales. En cualquiera de los casos, sin embargo, la desconcertante iniciativa luce irracional y representaría un gran baldón en la buena reputación de esa institución.

La clave de que la iniciativa es contraria a la racionalidad se desprende de la lectura, en su página web, de su visión y su misión. “Visión: Ser la institución rectora del Sistema Nacional de Formación Técnico Profesional y ofrecer servicios innovadores y de calidad a los grupos de interés. Misión: Contribuir al desarrollo económico y social del país, con servicios de formación técnico profesional y de apoyo a la productividad para todos los sectores”.  De esto se deriva que su intervención debe contribuir de manera directa al desarrollo del país –en su territorio– y sería insensato extrapolar que también a los dominicanos en el exterior. Aunque estos envían cuantiosas remesas su migración no contribuye a elevar la productividad de los sectores económicos del país.

Lo mismo puede inferirse de las funciones principales que desempeña la entidad. Esta son 1) “organizar y regir el sistema nacional de formación técnico profesional que, con el esfuerzo conjunto del Estado, de los trabajadores y de los empleadores, enfoque el pleno desarrollo de los recursos humanos y el incremento de la productividad de las empresas, en todos los sectores de la actividad económica; 2) Impulsar la promoción social del trabajador, a través de su formación integral, para hacer de él un ciudadano responsable, poseedor de los valores morales y culturales necesarios para la armonía y la convivencia nacional”. En esta última función la contribución es a “la armonía y convivencia nacional” y no a las de otros países.

Sin embargo, la cruzada de capacitación internacional que ha emprendido INFOTEP asombra por sus enormes dimensiones y territorialidad. Lo de Europa es, según la prensa, una exageración colosal, “En una primera etapa serán capacitados dominicanos residentes en 42 ciudades de España, Francia, Italia, Suiza, Portugal, Austria, Grecia, Inglaterra, Países Bajos, Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Noruega y Suecia”. “Las capacitaciones que estarán disponibles para los dominicanos residentes en Europa son: Diplomado Liderazgo Transformador, Desarrollador de Aplicaciones en las Nubes, Desarrollador App, Desarrollador Contenidos para la Red y Diseño Gráfico Digital. También estarán disponibles las capacitaciones: Elaborador de Página Web, Generando Idea de Negocio, Gestión de Redes Sociales e Ilustrador”.

Ahora bien, el plan europeo no ha sido el primero. “Este plan se suma al puesto en marcha en el mes de agosto, a través del cual ya están recibiendo capacitaciones dominicanos residentes en ciudades de Estados Unidos como Lawrence, New York, New Jersey, Tampa, Orlando, Miami y Pensilvania. También en Puerto Rico, Venezuela, Chile, Uruguay, Aruba, Antigua y Barbuda, Bonaire, Jamaica, Curazao, Trinidad y Tobago y Panamá”. La multiplicidad del esfuerzo deja atónico a cualquiera porque parece que ni siquiera Naciones Unidas es tan abarcadora.

Todo esto fuera medianamente aceptable si las ofertas programáticas fueran a distancia. Lo que ofrece la Fundación Carlos Slim y Claro es un vivo testimonio de que, en cualquiera latitud del planeta, los oficios correspondientes pueden aprenderse satisfactoriamente en línea. En vista de que esa amplia oferta existe desde hace varios años, lo sensato hubiese sido que INFOTEP ofreciera esos cursos con algún acuerdo de colaboración con la referida Fundación. Mejor aún, si se quisiera extender la participación del INFOTEP en el bienestar de la diáspora solo se tendría que ofrecer becas de inscripción en otros programas en línea existentes en otros países. En España, por ejemplo, existen docenas de programas en línea que pueden ser mejor aprovechados por los dominicanos residentes en Europa por la facilidad del idioma. España misma ofrece cursos y becas de capacitación para sus nacionales residentes en otros países, pero ellos se ofrecen a distancia. Y Europa ya ofrece una colosal cantidad de cursos en línea, muchos de ellos gratuitos.

Para cursos en el exterior la capacitación en línea sería la única opción que tendría sentido para el INFOTEP. Lamentablemente, por lo que ha informado la prensa se debe inferir que eso no será lo que ofrezca la entidad. Aparentemente los diez programas que se propone ofrecer INFOTEP en Europa requerirán de una cuadrilla de docentes que podrían elevarse a no menos de 126 instructores. Es decir, esa cantidad sería la necesaria para tener in situ si se asume que para cada una de las 42 ciudades se requerirá por lo menos tres instructores presenciales. Los costos de emplear y mantener esa cantidad de instructores en Europa obviamente alcanzarán a millones de dólares. Y lo insólito del caso es que serán las economías de los países anfitriones las que se beneficiarán de los trabajadores así entrenados y no la nuestra.

Un contrasentido adicional de lo que ha anunciado el INFOTEP tiene que ver con las certificaciones ocupacionales. Para que los cursos a ser ofertados puedan ser útiles para los dominicanos que los tomen –y se informa que ya hay más de 500 preinscritos—será necesario que los mismos produzcan conocimientos y habilidades que le permitan a los beneficiarios obtener las certificaciones locales de lugar. Eso significa que INFOTEP tendrá que no solo diseñar los cursos de manera que puedan cumplir con las especificaciones de las certificaciones sino también realizar acuerdos de homologación con los diferentes países. Todo lo cual implica una enorme carga de trabajo para poder producir resultados de calidad que cumplan con los requisitos.

INFOTEP está llamado a aclarar qué modalidad de enseñanza usará para los propuestos cursos para los dominicanos residentes en el exterior. Si fuese presencial estará retado a demostrar que el propósito no es ofrecer empleos a partidarios del gobierno de turno, tal y como lo hacían los anteriores gobiernos para complacer a su militancia. Si fuese en línea deberá demostrar que su diseño y operación de los cursos en línea se justifica a pesar de que existen cientos de programas ya existentes, muchos de los cuales son gratuitos y se ofrecen para estudiantes de los países donde se originan. No usar los cursos de la Fundación Carlos Slim parece un contrasentido.

Hay presencias institucionales de algunas entidades dominicanas en el exterior que se justifican plenamente. No solo son las embajadas y consulados, sino también las 20 coordinaciones de la JCE y la sucursal del Banreservas en New York. Pero lo de INFOTEP desconcierta. Ojalá y en lo adelante INFOTEP se concentre en su misión de ayudar, mediante su oferta de capacitación profesional, a elevar la productividad de los sectores económicos nacionales y no la de los otros países. Esa sería la mejor contribución al empleo y al bienestar y convivencia de nuestros trabajadores

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