Dimes y diretes

Samuel Luna

Nuestra historia en el terreno de las ideologías nos frisó, nos han separado y guiado hacia la precariedad; nos hemos enfocado solo para defender nuestras creencias políticas que nos alimentan el ego y la sensación de estar en el círculo de los que supuestamente estamos  haciendo lo correcto. Nos gastamos en altercados, en dimes y diretes, que si somos de la derecha o de la izquierda, que si somos capitalistas o socialistas, que si somos marxistas; y así, nos deterioramos  tratando de ser sin hacer. Dejando atrás elementos prácticos y universales para el desarrollo del pueblo dominicano y solidificación del Estado.

No quiero evadir las ideas y mucho menos renegarlas, no pretendo llevarlas a un segundo plano; todo lo que poseemos y hacemos es porque lo hemos pensando; la ideas tienen consecuencias, como decía el sociólogo Max Weber, las ideas repercutan en nuestro estilo de vida. Y es ahí, donde entra la disyuntiva  y los conflictos, porque profesamos una cosa y hacemos otra. Nos hemos quedado en la historia, y no en aquella historia que describió el cientista social Francis Fujuyama, nos hemos quedado petrificados y fosilizados en ámbar, brillamos pero solo brillamos, no más que brillo. Nos proyectamos en espacios que nos certifican como intelectuales y sabios, pero no podemos evaluar los hitos del desarrollo social, las cosas siguen como igual. Las comunidades siguen sin agua, la corrupción es algo aceptable no solo en la esfera política, es patentizada por la mayoría. 

Estamos cansados de dimes  y diretes, queremos  acciones concretas, deseamos que las instituciones operen de forma interdependientes y en algunos casos independientes. Queremos ver elecciones no compradas, agua potable en cada rincón del país, un sistema carcelario donde los internos o presos sean regenerados y no degradados. Queremos ver un Poder Judicial que haga justicia a todos los sectores, una educación QUE NO ESTÉ TAN POLITIZADA, donde los técnicos de educación sean usados tomando en cuenta el éxito y la preparación que ellos han cultivado.

No más dimes y diretes, lo que queremos es un sistema que se ocupe del reciclaje de la basura, que copiemos, así mismo, que imitemos, a esas naciones que ya han tenido éxito convirtiendo la basura en fuente de empleo y en dinero. Dejemos ese romance que nos ata al pasado, es bueno recordar, pero debemos construir nuestra propia historia en un período diferente. Paremos esos deseos quiméricos, cargados de fantasías, y una ingenua idiotez. Ahora lo que necesitamos es dejar las ideologías en una mesa y buscar acciones transformacionales que pertenecen tanto a la derecha como a la izquierda, nos referimos a la equidad, a la justicia, a la libertad, al régimen de consecuencia. Dejemos los dimes y diretes.

Fuente Hoy

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