Disquisiciones de una cumbre antidemocrática

EDUARDO KLINGER PEVIDA.

Cumbre para Promover democracia; noble empeño si no fuera por las disquisiciones con que se organizó y realizó. La humanidad no acoge un modelo único de democracia y ésta, más que justificación para injerencias, debe ser instrumento de justicia social y bienestar promoviendo participación e inclusión.

Tres aspectos destacados del performance titulado “Cumbre Democrática”. Primero, un eslabón más para marginar la ONU, verdadero y único foro oficial y universal del cual se prescinde para no discutir “democráticamente” con interlocutores indeseables; un segundo factor: fue, de hecho, una reunión de actores seleccionados para intentar que al final de la obra todos aplaudiesen. En tercer lugar fue un ejercicio con claras señales de convertirlo en instrumento contra otros.

El criterio organizativo mostró estar más dirigido a asegurar hegemonismo que la perfección de la democracia. EEUU decidió quienes son buenos demócratas y quiénes no. Forma rara de promocionar la democracia negándole presencia y voz a quienes considera “no demócratas”. La ONU debió ser la convocante y escenario adecuado; son acciones que insisten en debilitarla. El “foro” pecó del mismo problema que tiene la democracia por doquier: no fue ni participativa ni inclusiva. El periódico El País, de España, publicó un artículo con una caricatura que llevaba un mensaje sintomático: ¡Democracia es que gobiernen los míos¡. Parece ser la definición de buena democracia que entiende Biden.

Una reunión excluyendo a los que implícita y explícitamente vas a cuestionar es, más que todo, un alarde de autocracia. Invitar a Bolsonaro, entre otros, es el colmo de la incongruencia e invitar a Taiwán fue el exorcismo de la provocación irresponsable. La “fatiga” de la democracia por todas partes es reconocida. Los pueblos se han cansado de élites que los marginan y ni le dan participación ni los incluyen, excepto en discursos electorales.

Las encuestas reflejan una percepción creciente de la degradación política de partidos y moral de políticos por eso la democracia está en crisis, como se reconoce en la propia convocatoria a la Cumbre. Para algunos, democracia es votar y asegurar que las instituciones garanticen el “status quo”.

El convocante a la Cumbre tiene techo de vidrio con un partido alardeando de autocracia y habiendo estado al borde de un golpe de Estado. Los politólogos Benjamin Page y Martin Giles definen a EEUU como una oligarquía –gobierno donde el poder se concentra “en pocas personas de una clase privilegiada”-. Definitivamente no puede lanzar la primera piedra.

Un eslabón más para marginar la ONU, verdadero y único foro oficial

El “foro” pecó del mismo problema que tiene la democracia

Convocante a la Cumbre tiene techo de vidrio con un partido

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