El arma del PLD, el arma del PRM

Rosario Espinal

En el año 2004, cuando el PLD volvió al poder, lo hizo en medio de una crisis económica que había aniquilado las aspiraciones reeleccionistas de Hipólito Mejía y debilitado electoralmente al PRD. En ese contexto, el PLD se presentó como abanderado de la estabilidad económica y el crecimiento.

Mantener por muchos años la estabilidad macroeconómica y el crecimiento fue uno de los pilares de los gobiernos de Leonel Fernández y Danilo Medina, y fundamento de 20 años (16 consecutivos) en el poder. Esa fue su principal arma contra el PRD.

Como la política es una lucha de poder asimétrica (lo que perjudica a unos beneficia a otros), el PLD se presentó siempre como el estabilizador y desarrollador económico de la República Dominicana, a diferencia del PRD que había terminado dos de sus gobiernos (en 1986 y en el 2004) con una crisis económica y un empeoramiento en los niveles de vida de amplios segmentos de la población.

Durante sus años de Gobierno, el PLD transformó el país, sobre todo, el Gran Santo Domingo, tanto con obras de infraestructura, como con el crecimiento de las capas medias y empresarial.

El debilitamiento del PRSC y del PRD por sus divisiones, sirvió de comodín político al largo período de gobiernos del PLD.

Los escándalos de corrupción se fueron acumulando a través del tiempo sin que ninguno generara una crisis política de magnitud para el PLD, hasta que apareció Odebrecht. A partir de ahí, fuerzas externas e internas se conjugaron para producir el movimiento Marcha Verde y cuestionar sistemáticamente al Gobierno del PLD por la corrupción.

La lucha contra la corrupción es el arma del PRM contra el PLD. Como tal, fue el tema principal de campaña en el 2020, que llevó a la victoria, y sigue siendo tema central del Gobierno perremeísta, sea vía sometimientos judiciales o por denuncias de funcionarios, aún no adquieran carácter judicial.

Así como el PLD se benefició grandemente de presentar al PRD como un aguafiestas económico, el PRM se beneficia ahora grandemente de presentar al PLD como corrupto. Estas narrativas no son ficción, tienen un fundamento real. Es cierto que el PRD terminó dos de sus gobiernos con crisis económicas, y es cierto que el PLD acumuló muchos actos de corrupción en su largo gobierno.

Con ese historial de trasfondo, el PRM tiene ahora dos grandes desafíos: 1) quitarse el estigma de que los perredeístas (ahora perremeístas) no saben gobernar y generan crisis económicas, y 2) evitar escándalos de corrupción propios que invaliden su principal arma contra el PLD.

En el año 2022 se pondrá a prueba el Gobierno en ambos aspectos, ya que habrá pasado el período de gracia y aprendizaje, y también se espera que vaya cediendo la pandemia.

Una estabilización de precios a nivel internacional sería muy beneficiosa para el Gobierno y la ciudadanía, al igual que un alto crecimiento económico que genere riqueza, más recaudación, mayor inversión pública y menor peso porcentual de la deuda pública.

A ver qué depara este año.

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