El discurso, la inflación y otros periquitos

Edgar Lantigua[email protected]

Al comparecer ante la reunión conjunta de las cámaras legislativas, el 27 de febrero, el presidente Abinader, ha presentado en dos horas y más de 13 mil palabras, los principales logros de su gestión y sus propósitos para este año.

Sin dudas el mandatario puede exhibir logros importantes, entre ellos el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica, el crecimiento, con su dosis de rebote, el manejo de la crisis Covid, con un notable esfuerzo por superar la situación que la misma ha representado para el país.

Como en todo, siempre hay, como se dice en el lenguaje coloquial dominicano, “sus periquitos”, cosas que uno ve de otro modo o que tienen otro pespunte.

La primera es la afirmación, olímpica, podría decirse, de que hemos superado la pandemia, porque, si bien es cierto que los indicadores locales mejoran de forma sostenida y que se advierte una tendencia similar, superada, lo que se dice superada, aún no.

Con las vacunas, el gobierno daría una buena demostración de transparencia, ofreciendo las cifras de vacunas contratadas, recibidas, el costo total de las mismas, cuántas no serán necesarias etc.

El positivo anuncio de aumento de las ayudas sociales, como la tarjeta supérate, el bonogas y la ampliación de los servicios de los comedores económicos, para mitigar los efectos de la crisis actual que han incrementado los niveles de pobreza extrema en el país, no estuvo acompañado de medidas para el resto de la población.

Acciones para aliviar los efectos de la inflación, 8.5%, según el reporte del Banco Central, la tercera más alta de la región, y su impacto en los sectores de la clase media, que reciben el látigo de los incrementos de los precios de los artículos de primera necesidad.

El gobierno viene realizando una exitosa gestión del tema turístico, el país, mantiene un liderazgo regional importante y corrió riesgos calculados que han surtido sus efectos. No deja de preocupar, sin embargo, el tono de la declaración previa a su comparecencia del 27 de febrero en torno a Rusia y al presidente Putin, sobre todo por el peso que viene teniendo ese país en el flujo de turistas europeos. La natural defensa de nuestros aliados occidentales pudo haberse realizado en un lenguaje más diplomático, personalmente condenamos la acción de este contra Ucrania, otra cosa es el comedimiento que esperamos de la diplomacia del país, cuando ya sentimos los efectos de la guerra en la llegada de turistas de esas latitudes.

Otro periquito es la seguridad ciudadana, el presidente se apoya en los resultados de una encuesta del Barómetro de las Américas para afirmar que la percepción de inseguridad bajó de 63% en 2019 a 48% en 2021. Ahí tenemos siempre el tema de la percepción, cuando, deberíamos disponer de estadísticas que demuestren esa mejoría.

A los positivos anuncios de apoyo a los productores agrícolas en diferentes provincias, le faltó, el compromiso de reducir los permisos de importación que atentan contra esos mismos productores, sin ánimos de buscar, la quinta pata al gato.

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