El ELN, una guerrilla de más de medio siglo que intenta encontrar la paz

Bogotá, 20 nov (EFE).- La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que este lunes volverá a sentarse a la mesa de negociación en Caracas con el Gobierno colombiano, es el último grupo armado de izquierdas que queda en operación en el país tras la firma de la paz por las FARC en 2016.

El ELN se benefició en los últimos años del vacío de poder que dejó la desmovilización de las FARC en algunas regiones, en las que aprovechó la ausencia del Estado para ampliar su área de operaciones, y llegará fortalecido a la mesa de negociación en Venezuela, país en el que ha tenido una notable expansión.

Esta guerrilla, nacida el 4 de julio de 1964 al calor de la revolución cubana, perpetró su primera acción armada seis meses después, el 7 de enero de 1965, cuando sus hombres tomaron el pueblo de Simacota, en el departamento de Santander.

LOS CURAS DEL ELN

A finales de 1965 ingresó al ELN el sacerdote Camilo Torres Restrepo, fundador de la organización popular Frente Unido, y su muerte en su primer combate, el 15 de febrero de 1966, en Patio Cemento (Santander), lo convirtió en mito y leyenda de esa guerrilla en la que también tuvieron un papel preponderante varios sacerdotes españoles que acabaron en sus filas siguiendo la estela de Camilo.

Fueron ellos Manuel Pérez Martínez, quien llegó a ser el máximo líder del ELN hasta su muerte, en 1998; Domingo Laín Sanz, muerto en combate el 20 de febrero de 1974 y José Antonio Jiménez, fallecido por causas naturales en 1970.

SECUESTROS Y ATAQUES A INFRAESTRUCTURA

El ELN ha basado su lucha en ataques contra la infraestructura petrolera para impedir la «explotación extranjera de los recursos colombianos» y en las extorsiones y secuestros como medio de financiación, así como en la toma de pueblos, principalmente en los departamentos de Norte de Santander, Arauca y Cesar donde tiene mayor presencia.

Uno de los secuestros más notorios fue el del 30 de mayo de 1999 cuando 194 personas fueron raptadas de la iglesia de La María, en Cali, donde asistían a una misa dominical, en lo que fue el mayor secuestro masivo perpetrado en Colombia.

Otro crimen atroz fue la masacre de Machuca, cometida el 18 de octubre de 1998 cuando un atentado del ELN contra un oleoducto en el departamento de Antioquia causó una explosión e incendio que se extendió por las casas vecinas provocando la muerte a 84 personas.

GUERRILLA FORTALECIDA

El ELN, que para finales de 2016 tenía unos 1.500 hombres en armas, según cifras de entonces del Comando General de las Fuerzas Militares, se fortaleció en los últimos años y según cálculos de InSight Crime, actualmente «tiene un pie de fuerza de hasta 5.000 integrantes» repartidos en 8 frentes de guerra que operan en 23 de los 32 departamentos de Colombia.

Los más poderosos son el Frente de Guerra Nororiental, que opera en Norte de Santander, especialmente en la convulsa región del Catatumbo, y en el fronterizo estado venezolano de El Zulia; el Oriental, que actúa en Arauca, Boyacá y Casanare, y en Apure (Venezuela), y el Occidental, que opera en el Chocó.

«Venezuela ya no es solo un santuario, el ELN y los elementos de las (disidencias de las) FARC han echado raíces profundas en los estados fronterizos de Zulia, Táchira, Apure y Amazonas y se han adentrado en el sur de Venezuela acercándose a la frontera con Guyana y dominando gran parte de la frontera con Brasil», manifestó recientemente el director de InSight Crime, Jeremy McDermott.

En 2018, el ELN fortalecido entró en guerra con el Ejército Popular de Liberación (EPL) en la región del Catatumbo por el control de esa región, enfrentamiento que dejó más de un centenar de muertos y miles de desplazados entre la población civil.

Al final, el EPL, reducto de una guerrilla de orientación marxista-leninista que firmó la paz y se desmovilizó en 1991 y a cuyos miembros se les conoce como «los pelusos» y se dedican al narcotráfico, salió derrotado y el ELN consolidó su poder en el Catatumbo, región selvática limítrofe con Venezuela donde proliferan los cultivos de coca.

Una situación similar se vivió en enero de este año en Arauca donde el enfrentamiento entre el ELN y el Frente Décimo de las disidencias de las FARC por el control territorial en ese departamento petrolero y bastión de los llamados «elenos» dejó también cerca de un centenar de muertos y miles de desplazados.

Tanto en Colombia como en Venezuela, el ELN ha diversificado sus fuentes de financiación que ya no son solamente los secuestros y las extorsiones a las petroleras sino también actividades como la minería ilegal y el narcotráfico, según las autoridades.

ESTRUCTURA JERÁRQUICA

A diferencia de las FARC, que tenían una estructura jerárquica vertical, el ELN funciona como una suerte de confederación en la que los frentes tienen cierta autonomía pero responden al órgano supremo, el Comando Central (Coce).

El Coce está integrado por Eliécer Erlinto Chamorro, alias «Antonio García», jefe máximo del ELN; Israel Ramírez Pineda «Pablo Beltrán», Rafael Sierra Granados «Ramiro Vargas», Gustavo Aníbal Giraldo «Pablito» y Jaime Galvis «Ariel».

Alias «Pablo Beltrán» es el jefe de la delegación del ELN en los diálogos de paz, cuya composición definitiva aún no ha sido anunciada.

En Caracas, el ELN reiniciará con el Gobierno de Gustavo Petro los diálogos de paz que comenzaron en 2017 con Juan Manuel Santos y fueron suspendidos en 2018 por su sucesor, Iván Duque, pero antes hubo otros intentos o acercamientos que fallaron por diferentes razones.

Entre 1991 y 1992 hubo negociaciones durante el Gobierno de César Gaviria; en 1998 con Ernesto Samper; en 1999 tuvo contactos y acercamientos con Andrés Pastrana, y entre 2005 y 2007 se hicieron fases exploratorias en Cuba y Venezuela con el Gobierno de Álvaro Uribe. A partir de mañana lo intentarán de nuevo con Gustavo Petro.

Jaime Ortega Carrascal

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