El expresidente Balaguer, quien murió hace 20 años, vivió para el poder

Santo Domingo, 14 jul (EFE).- El expresidente dominicano Joaquín Balaguer falleció un día como hoy de 2002 tras varios días internado en una clínica de la capital afectado de varias dolencias, dando por concluida así una extensa carrera política en la que fue amado y odiado por muchos.

Balaguer, quien murió a los 95 años, fue un político a tiempo completo, que cultivó y destacó también en la literatura.

Ocupó importantes cargos en la dictadura de Rafael Trujillo, incluido el de presidente de la República, a finales de la dictadura, y el que desempeñaba cuando el tirano fue ultimado el 30 de mayo de 1961.

Parecía que con la caída de la tiranía su futuro político se veía seriamente comprometido, pues fue uno de los más estrechos colaboradores del dictador.

Sin embargo, apenas cinco años después de la muerte de Trujillo, Balaguer volvía al Palacio Nacional como jefe de Estado, luego de años de turbulencia que incluyeron el golpe de Estado al presidente Juan Bosch (1963) y la Guerra de Abril (1965).

Luego de unas elecciones generales seriamente cuestionadas, Balaguer ocupó la Presidencia de la República por 12 años, instaurando un régimen caracterizado por la represión política, la muerte y el exilio de sus contrarios y la politización de las Fuerzas Armadas.

Sus gobiernos también se caracterizaron por la construcción de centenares de infraestructuras de todo tipo, que le valieron el mote de que encabezó una gestión de «varilla y cemento».

Durante esa época conocida como la de «los 12 años», el gobernante se ocupó de preservar amplias extensiones territoriales para crear zonas protegidas y grandes parques.

No obstante, durante esos tiempos la corrupción administrativa se expandió de manera tan arraigada que el propio Balaguer admitió que esta solo se detenía en la puerta de su despacho.

Salió del poder en 1978 forzado por la presión internacional, luego de perder las elecciones ante el candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) Antonio Guzmán Fernández.

UN REGRESO «IMPENSABLE»

Ocho años después, invidente y amainado por la edad, el líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) fue elegido presidente nuevamente tras unas cerradas votaciones y los conflictos internos del PRD.

En esa ocasión permaneció durante 10 años consecutivos en el poder, del que salió tras una grave crisis política generada por las elecciones de 1994, en las que el entonces líder y candidato presidencial del PRD José Francisco Peña Gómez le acusaba de haber cometido un «fraude colosal» en los comicios.

Impedido constitucionalmente de aspirar de nuevo al poder, endosó su apoyo al entonces minoritario Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que fundó su otro gran rival en la política, Juan Bosch, y en la segunda vuelta de las elecciones de 1996 el joven dirigente peledeísta Leonel Fernández derrotaba a Peña Gómez, gracias al binomio PRSC-PLD.

Balaguer pasó entonces a ser una especie de «oráculo» de la política dominicana y para los comicios de 2000, con Peña Gómez fallecido y Bosch alejado del liderazgo del PLD, no accedió a los intentos de este último partido que le solicitó apoyo para enfrentar en segunda vuelta al candidato del PRD Hipólito Mejía, quien había obtenido casi el 50 % de los votos en la primera vuelta.

«Yo no presto mi sombrero dos veces», dicen muchos que así se expresó en esa ocasión, con lo cual despejó el camino para que Mejía pasaba a ocupar la Presidencia de la República.

A 20 años de su fallecimiento el PRSC jamás ha vuelto a ser el partido de masas que lideró su fundador, un hombre de vida austera del que muchos aprendieron el arte de la política y de lo «dulce» que suele ser el poder.EFE

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