El fantasma de la reelección en el PRD-PRM
La negación de la realidad es uno de los errores más comunes que cometen los seres humanos, y a su vez es el primer escollo que uno se encuentra a la hora de la búsqueda de soluciones. Lo primero que se debe hacer para resolver problemas, es reconocer que el problema existe, de lo contrario sería resbalar en el mismo lugar de inicio sin poder avanzar. Del mismo modo, negar que el PRM (el más reciente desprendimiento del PRD) tiene su ADN conformado en al menos un 95% del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), sería negar una verdad casi absoluta; y así como genéticamente tiene una gran parte del PRD, eso quiere decir que tiene desde su nacimiento, parte de sus virtudes y parte de sus males.
Por lo tanto, sería una mezquindad de mi parte, no reconocer que entre las virtudes que posee el PRM, es que de entrada es un proyecto político exitoso, pocos partidos o ninguno hasta ahora, con tan poco tiempo de constituido ha llegado al poder (eso de entrada es una buena sensación). Virtudes tiene, defectos también tiene, y entre sus defectos una buena parte de ellos, vienen de su herencia del pasado, lo que llevan en su ADN. Uno de esos defectos es: “La maldita reelección presidencial”. Una herencia calamitosa que la hereda de su padre el PRD, y es que la reelección presidencial está tan estigmatizada, que en el PRM, hasta en sus estatutos desde su creación estaba prohibida. ¿Por qué? Porque en el partido raíz (PRD), su líder José Francisco Peña Gómez, lo tenía como una palabra prohibida y así fue, hasta ahora que se dice Luis Abinader pretende repostularse. Algo en lo que sí veo se están equivocando los dirigentes del PRM dentro del gobierno, es que dan por un hecho que un presidente que quiera reelegirse, se reelige de manera automática, y no es así, Hipólito Mejía (PAPA) puede corroborar lo que digo.
De hecho, en el PRD-PRM nadie se ha repostulado, ya sea porque no lo han intentado o porque no lo han logrado. Veamos: Juan Bosch (PRD) 7 meses como Presidente de la República (golpe de Estado); Antonio Guzmán terminó suicidándose; Salvador Jorge Blanco terminó preso; Hipólito Mejía, intentó reelegirse, pero la pésima situación económica que estalló en su gobierno no se lo permitió. Entonces, Luis Abinader tiene 3 caminos posibles: 1. No intentar la reelección. 2. Intentarlo y seguir el camino de Hipólito. 3. Lograr su reelección y acabar con esa maldición, ese fantasma que ha gravitado por tanto tiempo en el PRD y de la que el PRM (hijo del PRD) no se libra: “La maldita reelección.” Como diría Hatuey de Camps, en paz descanse.