El periodismo comprometido y libre de Adam Michnik, Princesa de Comunicación

Oviedo (España), 11 may (EFE).- El periodista, escritor e historiador polaco Adam Michnik, referente del periodismo al frente del diario Gazeta Wyborcza, fue distinguido este miércoles con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2022, por su lucha por los valores democráticos y de la libertad de expresión frente a la amenaza de los autoritarismos.

Michnik (Varsovia, 1949), uno de los intelectuales más destacados de la Guerra Fría en Europa y que ahora mantiene un posicionamiento muy crítico contra Vladímir Putin por la invasión de Ucrania, fue distinguido por ser un símbolo «de la libertad de expresión y del humanismo, así como un ejemplo ético de resistencia frente a las amenazas autoritarias».

El jurado, que este año estudió cuarenta candidaturas de dieciséis nacionalidades, destacó que el redactor jefe del Gazeta Wyborcza, el diario más importante de Polonia, fundado en 1989, practica un periodismo de calidad y se ha convertido en un firme defensor de los derechos humanos y del diálogo.

Nacido en una familia de origen judío y cercana al Partido Comunista, esta figura de la oposición anticomunista en Polonia en los años 80 adoptó, desde sus tiempos de estudiante, una postura contestataria y se involucró en asociaciones que mezclaban la política y la cultura, como el Club de Buscadores de la Contradicción, lo que le valió la expulsión de la universidad en 1968 y una condena a tres años de prisión.

Desde 1977, cuando apenas tenía 31 años, Michnik fue editor en varias revistas independientes y formó parte de la dirección de Niezależna Oficyna Wydawnicza, una de las editoriales más destacadas de la oposición polaca.

En 1988 se convirtió en asesor del líder sindical y posterior presidente Lech Walesa, aunque más tarde llegó a apoyar activamente la candidatura presidencial de Tadeusz Mazowiecki, su rival, una implicación política que canalizó a través del diario Gazeta Wyborcza, del que sigue siendo redactor jefe y que se ha convertido en el más influyente y respetado de Polonia desde hace décadas.

Desde las páginas del diario, siempre ha defendido el diálogo por encima de toda clase de divisiones entre las más diversas culturas, razas, ideologías, sociedades y etnias.

Este firme defensor del ingreso de su país en la Unión Europea pasó seis años en las prisiones del régimen comunista polaco y fue uno de los impulsores de la reconciliación nacional, tomando como ejemplo el modelo español tras la dictadura franquista.

En 1989, tres años después de su última estancia en la cárcel, fue miembro de la primera Cámara Baja no comunista de Polonia.

Figuran en su haber libros que han tenido gran peso en Polonia como «La Iglesia, la izquierda, el diálogo» y artículos que marcaron la historia del país, como el titulado «Vuestro presidente, nuestro primer ministro», que hizo posible la elección de Tadeusz Mazowiecki como primer ministro no comunista en el Este.

Su influencia ha servido para que algunos de sus artículos se hayan publicado en periódicos y revistas europeos como Der Spiegel (Alemania), Le Monde (Francia), Liberation (Francia) y El País (España) y los estadounidenses The Washington Post y The New York Review of Books.

A lo largo de su dilatada trayectoria ha recibido numerosos reconocimientos, como el Premio Robert F. Kennedy de derechos humanos (1986); el Premio Europa de Periodismo 1995, que otorga la Asociación de Periodistas Europeos (APE); el Premio Erasmus 2001 (Holanda), por su contribución a la construcción de Europa; o el Premio Ortega y Gasset 2016 (España).

Desde la llegada al poder en 2015 de la coalición ultraconservadora liderada por Jaroslaw Kaczynski, colega de Michnik en los tiempos de Solidaridad, el escritor se ha manifestado en varias ocasiones contra el «cierre gradual de la democracia» que percibe en su país.

Michnik, incluido en el 2000 en la lista de los 50 héroes de la libertad de prensa, mostró en los últimos años su preocupación ante el panorama político actual, el cual le recuerda «a la Europa de los años treinta».

En la actualidad ha abordado en diferentes artículos la invasión de Ucrania en los que se ha mostrado muy crítico con las decisiones y actos del presidente ruso, Vladímir Putin, al que ha descrito como «no un general calculador, sino un psicópata».

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