El PLD cumple 50 años
Alejandro Herrera
En un mundo donde lo único permanente es el cambio, el Partido de la Liberación Dominicana acaba de arribar a sus 50 años de vida institucional. Desde aquella mañana del 15 de diciembre de 1973, en la que el profesor Juan Bosch, ya con 64 años de edad, en compañía de un reducido grupo de compañeros, decidió la osada tarea de fundar una organización política nueva; que se diferenciara en su configuración, esencia y comportamiento al PRD del que entonces acababan de renunciar.
Los acontecimientos de abril del 1965 aún estaban frescos, Joaquín Balaguer ejercía su segundo periodo de gobierno semi-autoritario y represivo de los 12 años, y por demás, estábamos en pleno apogeo de la guerra fría, que convertían el contexto de los años 70s en tiempos difíciles y peligrosos para el ejercicio de las actividades políticas y mucho más para fundar, organizar y desarrollar un partido de centro izquierda como lo hizo el profesor Juan Bosch en medio de aquella adversidad al darle nacimiento al Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
A base de una casi sacerdotal dedicación, con su liderazgo, Juan Bosch mostró en la formación y desarrollo del partido morado y la estrella amarilla, las cualidades que le han merecido la calificación del más grande organizador político del siglo XX democrático de la República Dominicana. Cuando a los 85 años decide su retiro formal de la política activa en 1994, reconocido como Presidente Ad Vitam del PLD, su organización ya con 21 años de fundada está convertida en una entidad política influyente y mayoritaria del sistema de partidos políticos de nuestro país.
Haciendo camino al andar, el PLD era un partido de cuadros que había privilegiado más la formación política e ideológica de sus militantes, los métodos de trabajos y de comunicación, la venta del periódico del partido, como la mística y la disciplina estimulada desde el ingreso en los círculos de estudios como puerta de entrada al partido, que la masificación de sus bases y de su estructura organizativa.
Se abre un nuevo ciclo politico
Con el retiro formal y voluntario de Juan Bosch de la actividad política activa, se inició un nuevo ciclo político en la historia del partido y del país. En un principio el PLD estuvo bajo una dirección colegiada que supo sortear las nuevas circunstancias políticas e históricas e hizo las adaptaciones de tácticas y estrategias a los cambios operados en la sociedad y en el mundo, sobretodo aprovechando coyunturas especiales abiertas a raíz de la crisis política que provocaron los resultados de las elecciones de 1994. Es cuando entonces en el PLD comenzamos a escribir otra historia; la historia del partido en el poder y su obra de gobierno portentosa que alcanzó los 20 años y terminó contribuyendo a crear un país diferente, más avanzado, internacionalizado y mejor que el heredado.
Esas computadas dos décadas de gobiernos peledeístas tienen un alto grado de responsabilidad en el dato que ya reconocen y dan cuenta historiadores y analistas independientes de que la República Dominicana en los últimos 50 años ha experimentado una notable transformación en lo económico, lo social, lo político, lo institucional y en infraestructura etc. La economía creció de forma sostenida durante estos gobiernos y la riqueza del país se multiplicó, disminuyó la pobreza, la desigualdad y los sectores de clase media crecieron como nunca antes. La industria, el comercio, el sector financiero, comunicacional y turístico se modernizaron y ayudaron a dinamizar aún más la economía dominicana.
Es al propio PLD que le corresponde sacarle filos políticos a los detalles de estos innegables logros que las políticas y acciones de sus respectivos gobiernos generaron, y aunque ninguna historia se produce de forma lineal y mucho menos homogénea, como en cualquier régimen democrático, hoy el PLD está en la oposición, pero cuando se pasa balance desapasionado a su accionar pasado, son más los éxitos y las luces que valen resaltar sobre los errores y las sombras, como resultados positivos en este momento en que arriba a su bien vivido medio siglo de fructífera existencia.
Cumplir cincuenta años es fecha propicia para felicitar, celebrar y reflexionar sobre los nuevos desafíos. Fue un poeta quien con mucha razón contó “que solo miramos el mundo una vez, en la infancia, y que el resto es recuerdo. Hay edades en las que todo se va llenando de ausencias”, son los mismos momentos en los que otros toman la antorcha de la lucha y retoman la marcha de la esperanza para conectar de nuevo con el sentir de la gente y con las necesidades de los nuevos tiempos, empujados por los indetenibles e incesantes cambios a que está sometida constantemente la humanidad en su devenir histórico, cuyo fin, por nuestra breve existencia nunca alcanzaremos ver.
Listín Diario