El SENASA, ¿Sano o enfermo?

Por Arismendi Díaz Santana

Las informaciones de la SISALRIL indican que el SENASA atraviesa por una situación financiera muy delicada. Las utilidades acumuladas han descendido notablemente a partir del 2023, cuando ascendieron a 2,953.7 millones, bajando a 947.1 el año pasado y a sólo 848.7 millones a enero del 2025, última cifra oficial disponible.

Los beneficios del SENASA han disminuido en 2,105.0 millones en dos años. Este déficit tan significativo resulta preocupante, porque se trata de la ARS pública, la mayor del país, que afilia a más de 7.6 millones de dominicanos, el 73% del total de los afiliados, la gran mayoría de escasos recursos.

Otros indicadores confirman esta tendencia. En los últimos meses se registra un retraso mayor en el pago a los proveedores y retardos en la publicación de los Estados Financieros trimestrales. Crecen las incertidumbres porque en este año la SISALRIL sólo ha publicado información hasta enero, con un retraso de 5 meses.

El reporte de la SISALRIL engloba los resultados financieros del SENASA, sin distinguir entre los regímenes Contributivo y Subsidiado. Sería interesante conocer los resultados de cada régimen, ya que la Ley 87-01 establece contabilidad y resultados financieros separados para cada uno de los regímenes de financiamiento.

De acuerdo a las informaciones que han trascendido, la situación financiera del SENASA Contributivo es saludable con un saldo positivo. En cambio, el SENASA Subsidiado arroja pérdidas notables, un resultado doblemente preocupante por ser el régimen con mayor afiliación y que concentra a las familias más pobres y vulnerables.

El SENASA todavía no está en quiebra, pero está enfermo en una etapa regresiva, que podría llevarlo a una situación financiera muy delicada en términos institucionales y políticos. Todo indica que sin una rápida rectificación podría cerrar en rojo este año, con lamentables consecuencias para el SFS, para los afiliados, el Gobierno y el país.

Los técnicos de la Fuerza del Pueblo aseguran que el déficit operacional acumulado del SENASA Subsidiado asciende a 3,372.8 millones de pesos. En adición, el Colegio Médico Dominicano se ha quejado de retrasos de varios meses en el pago a los médicos y demás centros de salud.

En respuesta el SENASA destacó que durante el período 2019.2024, la inversión en servicios de salud aumentó un 148%; y los pagos por servicios a las PSS privadas un 224%. También señaló un aumento del 541% a los médicos privados, confirmando nuestra tesis de que las deficiencias públicas están acentuando la privatización y el gasto familiar de bolsillo, elevando la desprotección social.

Pero ninguna de las informaciones presentadas demuestra la existencia de solidez financiera ni de pagos oportunos a los médicos y demás PSS. Además, al mismo tiempo que el presidente Luis Abinader negó la existencia de un déficit financiero, reconoció “que el SENASA requiere de un aporte adicional del Estado”. La declaración de SISALRIL de que el SENASA nunca quebrará por el respaldo total del Gobierno, reconoce implícitamente la existencia de una crisis financiera.

La ausencia de las reformas y las presiones monopólicas y mercantiles terminarán contagiando a muchas más ARS

Es necesario no politizar el problema, pero también urgen cambios inmediatos para evitar subsidios por ineficiencias a costa de los contribuyentes. La experiencia demuestra que estos alivios artificiales, por sí solos y sin reformas, no ayudan a resolver el problema de fondo y se convierten en endémicos.

Al SENASA hay que preservarlo sano y salvo, porque constituye una contrapartida necesaria contra el mercantilismo y la privatización desbordada de la salud. Pero no mediante una inyección de subsidios oficiales, sino identificando sus fallas, debilidades y fortalezas e introduciendo los correctivos necesarios, antes de que sea demasiado tarde.

La situación del SENASA es una consecuencia de varios factores: 1) una cápita insignificante; 2) una carga pesada por la atención médica por accidentes de tránsito; 3) una alta siniestralidad al concentrar a los pensionados y jubilados; 4) la entrega de cobertura adicional a militares sin recibir recursos extras; y 5) la expansión de oficinas en el exterior, entre otras.

La crisis del SENASA es un síntoma de la delicada situación general de un Seguro Familiar de Salud (SFS) a medio talle: sin las reformas estructurales previstas en la Ley, con una prestación pública discontinua y deficiente, y con las demandas desorbitadas de proveedores y gremios que ejercen presiones monopolísticas.

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