El sistema penitenciario fortalece áreas productivas con respaldo del ISA y la Unión Europea
SANTO DOMINGO , 25 marzo – La Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales (DGSPC) y el Instituto Superior de Agricultura (ISA) desarrollan un programa piloto de capacitación laboral a mujeres privadas de libertad en dos recintos del país.
El proyecto, que se desarrollará con fondos de la Unión Europea, permitirá fortalecer las unidades de producción de los centros de corrección y rehabilitación, al tiempo de contribuir a la preparación de las internas hacia su independencia económica para la vida en libertad.
El máximo directivo de la DGSPC, Roberto Hernández Basilio, y la directora de Centros de Corrección y Rehabilitación, Hilda Patricia Lagombra, recibieron a una comisión técnica del ISA, integrada por el vicerrector Edwin Reyes y la encargada de investigación, Cindy Cristóbal, con otros técnicos de la entidad.
El proyecto fue diseñado con la finalidad de que las personas impactadas puedan elaborar un plan de vida, con acompañamiento, capacitación y formación en emprendimientos, que les permita sostenerse tras la reinserción a la sociedad, luego de cumplir sus penas. Al evaluar los resultados en los dos centros que servirán de piloto, que son Baní y Rafey para mujeres, el plan se extenderá a otros recintos.
La iniciativa, que empezó antes de la pandemia y se había suspendido producto de las restricciones por la COVID-19, tiene un enfoque integral que incluye, además de la capacitación, el apoyo psicológico y jurídico a las internas de los centros de Baní, provincia Peravia, y Rafey, de Santiago.
En la fase preparativa, la DGSPC realiza un levantamiento de las condiciones en que se encuentran las áreas de producción existentes, con el objetivo de mejorar la infraestructura que será utilizada por el proyecto.
Durante la etapa de ejecución, las instituciones impartirán charlas de orientación a las privadas de libertad y lanzarán una marca para la identificación de los artículos que se producirán, con miras a su comercialización en el mercado.
En los programas de tratamiento que desarrollan los centros reformados del sistema penitenciario, los internos participantes reciben una proporción de los ingresos provenientes de las áreas de producción.