El viento priva a Juan Carlos I de competir en una regata en su tercer dia en España

Sanxenxo (España), 21 may (EFE).- El rey emérito Juan Carlos I no pudo competir este sábado en una regata en Galicia (noroeste), región a la que llegó tras su regreso a España el paso jueves, después de casi dos años residiendo en Abu Dabi, mientras continúa siendo objeto de críticas.

El anterior jefe del Estado, gran aficionado a la vela, pensaba competir a bordo del Bribón, un barco que tradicionalmente ha patroneado, pero fue imposible debido al viento cambiante, que hizo suspender la competición.

Juan Carlos de Borbón, que lleva el título de rey emérito desde que abdicó en 2014 a favor de su hijo, Felipe VI, llegó al club náutico de la localidad gallega de Sanxenxo acompañado por su amigo y anfitrión, el empresario Pedro Campos, y allí lo esperaba un nutrido grupo de periodistas, ante los que rehusó hacer declaraciones, además de un grupo de simpatizantes, que lo aplaudieron y vitorearon.

Después de varias horas en el mar a la espera de comenzar la competición, esta se suspendió por razones meteorológicas y el rey emérito, junto a sus compañeros tripulación regresó a puerto, donde, a preguntas de la prensa por su estancia en España, afirmó: «muy buena. Ya lo veis, ya lo veis», mientras recibía el apoyo del público.

Tras su jornada en el mar, el rey emérito fue a Pontevedra para ver jugar a su nieto Pablo Urdangarín, uno de los cuatro hijos de la infanta Cristina, en un partido de balonmano, ya que es jugador de este deporte en el Barça B, que hoy competía en esa ciudad gallega.

El regreso de Juan Carlos I, de 84 años, ha despertado gran expectación, pero también ha provocado numerosas críticas.

Este tercer día de estancia en España de visita privada volvió a marcar la actualidad política, ya que diversos partidos de izquierda mostraron de nuevo su disconformidad por su vuelta, después de que saliera en agosto de 2020 tras conocerse sus controvertidos negocios en el extranjero y las posibles ilegalidades en los mismos.

Ese año, la Fiscalía del Tribunal Supremo le abrió tres investigaciones: por supuestas comisiones millonarias por las obras del tren de alta velocidad a La Meca (Arabia Saudí), por un caso de presuntas donaciones no declaradas y otro de posible ocultación fondos en paraísos fiscales, aunque en marzo de este año fueron archivadas.

Hoy en Sanxenxo, decenas de personas, convocadas por colectivos nacionalistas, se manifestaron bajo el lema «Galiza non ten rei» (Galicia no tiene rey) y criticaron tanto su regreso como «la impunidad» con la que actúa y el trato que le han dispensado las autoridades locales.

También desde algunos partidos se han repetido las críticas a la visita, como la de Alberto Garzón, ministro de Consumo en el gobierno de coalición entre socialista y el grupo Unidas Podemos, y que se refirió al rey emérito como «delincuente acreditado» y «ladrón».

El ala socialista del Gobierno no es tan crítica y se limita a pedir que Juan Carlos I dé explicaciones acerca de su comportamiento, y defiende al actual jefe de Estado, el rey Felipe VI, por su «transparencia, ejemplaridad y rendición de cuentas».

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