En discurso de 18 minutos, David Ortiz demostró que “creer en alguien puede cambiar su vida”
Cooperstown, Nueva York.- Como es ya de dominio público, el dominicano David Ortiz fue incluido en el Salón de la Fama del Béisbol el domingo. En 18 minutos pronunció un discurso legendario resaltando, básicamente, la importancia de cómo pequeños detalles pueden impactar la vida de los demás.
En el último minuto, más o menos, del discurso de David Ortiz, «el muchacho grande de República Dominicana», como muchos suelen llamarle en los Estados Unidos, dejó a los espectadores con algunas conclusiones positivas.
La cuenta oficial de Twitter de los Boston Red Sox publicó un video de los últimos 52 segundos del memorable discurso de Big Papi en Cooperstown.
“Siempre he tratado de vivir mi vida de una manera que apoye a los demás y tenga una influencia positiva en el mundo”, dijo Ortiz. Si mi historia puede recordarte algo, deja que te recuerde que cuando crees en alguien, puedes cambiar su mundo. Tú puedes cambiar su futuro, al igual que muchas personas que creen en mí. A todos los que creen en mí, desde mi familia hasta los entrenadores, los compañeros de equipo y los fanáticos, no podría haber hecho esto sin ustedes. Mi placa del Salón de la Fama representa a cada uno de ustedes, y les voy a agradecer por el resto de mi vida. Muchas gracias, y que Dios los bendiga a todos”, cuenta David Ortiz.
El ex bateador designado es muy merecedor del honor y dejó un impacto duradero en el juego de béisbol. Su legado continuará en Cooperstown, Boston, República Dominicana y más allá.
David Ortiz, quien condujo a los Medias Rojas a tres campeonatos y conectó 483 de sus 541 jonrones para Boston, agradeció a los mánagers Terry Francona y John Farrell en su discurso. Pero también hizo referencia a un momento crucial con Grady Little, su primer patrón en Boston, durante su entrenamiento primaveral inicial con el club en 2003.
«Mi primer turno al bate contra los Mellizos en el entrenamiento de primavera, traté de mover un corredor y pensé que cuando volviera al banquillo, todos me iban a chocar los cinco. Todos se quedaron sentados. Y el gerente me llevó a un lado y me dijo: ‘Oye, chico grande. No quiero que estés aquí para moverlos. Quiero que estés aquí para traerlos. El resto es historia.», afirma David Ortiz y lo citan los Medias Rojas de Boston
Ortiz encontró compañeros y coaches que sirvieron como refugio seguro en su estadía en Minnesota. Ortiz describió cómo John Russell y Al Newman trabajaron para desarrollar su confianza en las ligas menores y lo ayudaron a llegar a los Mellizos de Minnesota poco después de que fuera cambiado de los Marineros de Seattle en 1997. Si bien una serie de lesiones y desprecio del manager Tom Kelly finalmente convencieron a los Mellizos de dejarlo en libertad, Ortiz estaba agradecido por lo que aprendió durante su estadía en Minnesota.
«Aunque no funcionó como todos esperaban, aprendí de mi tiempo allí que una vez que obtuve mi oportunidad en cualquier otro lugar, iba a trabajar duro para nunca dejarla pasar hasta el último día que jugué». dijo Ortiz.
Agradeció a su compañero miembro del Salón de la Fama Kirby Puckett, quien lo ayudó a aclimatarse a las mayores.
«Lo extraño mucho. Me enseñó tanto sobre el juego. Me dio tantos consejos y fue tan maravilloso conmigo que cuando fui a Boston, comencé a usar su número, el número 34. Dios te bendiga, Kirby, dondequiera que Dios te tenga», expresó el Big Papi al recordar a un ser humano influyente en su vida.
Ortiz luego agradeció al miembro del Salón de la Fama Paul Molitor y a varios compañeros de equipo a principios de la década de 2000, incluidosLaTroy Hawkins, Eddie Guardado, Corey Koskie, Jacque Jones, Torii Hunter, Matt Lawton y Brad Radke.
«Todos esos muchachos me apoyaron cuando jugaron para los Mellizos», dijo Ortiz. «Los amo, muchachos. Desde el fondo de mi corazón».
Además de agradecer a sus dirigentes en Boston, el inmortal dominicano agradeció a la plana mayor de la organización.
«A John Henry, Linda Henry, a Tom Werner, a Larry Lucchino, Phil Morris, que estaba allí cuando llegué a Boston y, por supuesto, a mi hombre principal, Sam Kennedy. No puedo agradecerles lo suficiente por fortalecerme y apoyarme a lo largo de los años… Esa organización me convirtió en el hombre que soy hoy. Me educaron sobre el juego, pero también me educaron sobre la vida”.
En su agradecimiento a los Medias Rojas, Ortiz señalo el impacto positivo que causaron sus compañeros en él: Johnny Damon, Mike Lowell, Dustin Pedroia, Trot Nixon, Jason Varitek, Tim Wakefield, Kevin Youkilis y Pedro Martínez.
Ortiz destaco a Dustin Pedroia, Jason Varitek y Pedro Martínez, este último provoco la oferta de Theo Epstein a David en 2003.
«Quiero que sepan que incluso con el talento que Dios me ha dado, no lo habría logrado sin el apoyo y el amor de todos ustedes. Todo lo que estaba tratando de hacer era unir a este equipo”.
David Américo Ortiz Arias es el mejor ejemplo de que cuando crees en alguien, puedes cambiar su mundo. Puedes cambiar su vida.