En una tensa declaración, Air France y Airbus defienden su inocencia

París, 10 oct (EFE).- Los representantes de Air France y Airbus defendieron su inocencia por el siniestro aéreo de 2009 que causó 228 víctimas mortales en el vuelo AF447 entre Río de Janeiro y París en unas tensas declaraciones interrumpidas por la indignación de familiares presentes en la sala.

La directora general de Air France, Anne Rigail, y el consejero de Airbus, Guillaume Faury, se expresaron ante la presidenta del Tribunal, Sylvie Daunis, en sendos testimonios voluntarios, en los que también mostraron su solidaridad y empatía por los allegados de las víctimas, organizadas en unas 500 acusaciones particulares.

Sin embargo, tanto en la declaración de Rigail y especialmente en la de Faury, algunos allegados instalados en la sala 2.01 del Tribunal Correccional de París mostraron su indignación por las palabras de los dos ejecutivos. «Demasiado tarde, nos habéis estado ninguneando. ¡Es una vergüenza!», se escuchó decir a un hombre.

La magistrada Daunis tuvo que interrumpir brevemente la sesión para reprender el comportamiento de estas personas.

Air France y Airbus están en el banquillo de los acusados por «homicidio imprudente» en un largo proceso que se extendió 13 años entre numerosos peritajes y una decisión de la instrucción, posteriormente revocada, que llegó a considerar no imputables a las dos empresas.

En su breve intervención, Regail dijo comprender lo «difícil» que es este proceso para las víctimas y ahondó en que su compañía también quiere comprender qué sucedió aquella noche.

«Nosotros mantenemos que no cometimos falta penal», aseveró la directora de Air France. Más larga y tensa fue la intervención de Faury -los dos ejecutivos no prestaron testimonio formal, sino que realizaron una declaración voluntaria-.

«Mostramos nuestra solidaridad hacia las familias, yo mismo he perdido colegas y allegados en otros accidentes aéreos», refirió el máximo responsable de Airbus, quien también confirmó que su empresa alegará que no cometió falta penal.

Para el ejecutivo, la misión de su compañía es transportar «con seguridad» a los 5 millones de personas que viajan cada día en los aviones Airbus. El que se accidentó en medio del Atlántico era un modelo A330.

«Un 40 % de los franceses usa el avión cada año, nosotros tenemos 10.000 aviones operativos (…) En este momento, varios cientos de miles de pasajeros están volando (en un Airbus). Son gente como usted y como yo, y lo que esperan es seguridad», anotó.

La clave de este juicio es saber si el accidente aéreo fue imputable a una falta de preparación de los pilotos, atribuible a Air France; a un fallo del dispositivo de medición de la velocidad, lo que sería responsabilidad de Airbus; o, si como sostuvo la instrucción de 2019 revocada en 2021, se atribuye a una impericia de los pilotos.

Según las conclusiones de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA) francesa, el accidente ocurrió después de que el hielo bloqueó las sondas de medición de la velocidad del avión, lo que hizo que los pilotos desconocieran ese dato cuando atravesaban una zona de turbulencias.

Por ello, no aplicaron el protocolo adecuado y elevaron la posición del aparato hasta que este perdió su horizontalidad, dejó de tener sustentación y se colocó en situación de caída libre a 1.150 kilómetros de las costas de Recife (Nordeste de Brasil). Los pilotos creían que estaban ascendiendo cuando en realidad perdían altura.

La presidenta del Tribunal recordó que el objetivo del proceso es «comprender lo que sucedió esa noche, teniendo en cuenta la experiencia de los pilotos». Al término de las declaraciones de Air France y Airbus, Faunis dio por cerrada la primera sesión de un juicio que se alargará hasta el 8 de diciembre. El dictamen se espera para febrero de 2023.

La catástrofe aérea provocó la muerte de 228 personas (216 pasajeros y 12 tripulantes) había 33 nacionalidades diferentes -entre ellos un bebé y siete niños-, de los que 73 eran franceses y 58 brasileños.

Entre los allegados de las víctimas, figura el francés Carl de Vivo, de 32 años, y su hermana, quienes perdieron a su madre en el siniestro.

«Lo que queremos es que Airbus y Air France acepten ser los culpables de este asunto, nuestro objetivo es mitigar un poco nuestro dolor, que reconozcan que no gestionaron de la manera correcta, que no hicieron las modificaciones (técnicas) necesarias (para evitar el accidente)», contó a EFE De Vivo, minutos antes de la apertura del juicio.

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