Expertos en derechos humanos denuncian crímenes de guerra de Rusia en Ucrania

GINEBRA, 25 sept  — Expertos independientes en derechos humanos respaldados por la ONU afirmaron el lunes que han hallado pruebas constantes de crímenes de guerra cometidos por las fuerzas rusas en Ucrania, incluyendo torturas —algunas de ellas con tal “brutalidad” que causaron la muerte— y violaciones de mujeres de hasta 83 años.

Los miembros de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Ucrania también manifestaron su preocupación por las acusaciones de genocidio cometido por las fuerzas rusas, y afirmaron que las están investigando. El equipo indicó que las pruebas mostraban crímenes cometidos por ambos bandos, pero que las fuerzas rusas cometieron muchos más abusos, y de mayor envergadura, que las tropas ucranianas.

La comisión presentó sus conclusiones más recientes en una actualización oral ante el Consejo de Derechos Humanos, exponiendo sus observaciones sobre ataques ilegales con armas explosivas, violencia sexual y de género y otros crímenes en una guerra que el domingo llegó a su 20mo mes.

“La comisión está preocupada por las continuas pruebas de crímenes de guerra cometidos por las fuerzas armadas rusas en Ucrania durante su primer mandato”, dijo el presidente de la Comisión, Erik Mose, al consejo, que creó su equipo de investigación en marzo del año pasado, pocos días después de la invasión de las fuerzas rusas. La Comisión trabaja ahora bajo un segundo mandato.

Los principales objetivos de la tortura fueron personas acusadas de ser informantes de las fuerzas ucranianas, y los malos tratos incluyeron en ocasiones el uso de descargas eléctricas, según el informe.

“En algunos casos, la tortura se infligió con tal brutalidad que causó la muerte de las víctimas”, declaró Mose.

En su informe, la comisión afirma que soldados rusos en la región ucraniana de Jersón, en el sur del país, “violaron y cometieron actos de violencia sexual contra mujeres de edades comprendidas entre los 19 y los 83 años”, y que a menudo “se mantenía a los familiares en una habitación contigua, por lo que se les obligaba a oír las violaciones que se cometían”.

Ningún representante de Rusia estaba presente en la amplia sala de la oficina de la ONU en Ginebra donde se reunía el Consejo para escuchar los comentarios de Mose.

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