Guerra innecesaria
Juan Guiliani Cury
En medio de una nueva ola de coronavirus de la variante Ómicron, el secretario de Estado norteamericano Antony Blinken viajó en una modalidad de (Shuttle diplomacy) a Ucrania, Moscú y Berlín, para sostener conversaciones con líderes de esos países en torno a la delicada situación que se vive en la frontera ucraniana-rusa de 1,576 kms de longitud, con el desplazamiento de más de cien mil efectivos del ejercito ruso a lo largo de ese tramo fronterizo. De acuerdo a Blinken, éste ha puesto en manos del presidente Vladimir Putin la solución a los peligros de un enfrentamiento armado entre tropas de Ucrania y Rusia, evento que traería una desestabilización de la paz y armonía en la neurálgica zona europea. Blinken al poner claro la solución de la crisis dijo lo siguiente: “Tengo muchas esperanzas de que podamos seguir en la senda pacifica y diplomática, pero en última instancia, es una decisión del presidente Putin.” En el 2014 recordemos que Rusia invadió parcialmente el territorio ucraniano, específicamente la bahía de Crimea, territorio que fue anexado a Rusia, después de un referéndum donde los ciudadanos de Crimea votaron mayoritariamente a favor de la unión territorial con Moscú. El tema, sin embargo, va más lejos de ese acontecimiento, y son los continuos choques verbales y enfrentamientos armados entre Kiev y Moscú por el control político de la zona. Uno de los puntos donde radica una profunda diferencia, es la oposición radical de Putin de que su vecino y antiguo aliado en la llamada URSS se incorpore como miembro de pleno derecho de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como otras de las exrepúblicas soviéticas, lo que reforzaría el cerco militar de las fuerzas militares occidentales alrededor de los territorios rusos y sus aliados. Ucrania es un país de Europa Oriental con un espacio geográfico de 603,548 km2 y una población estimada de 44 millones. Obtuvo su independencia el 24 de agosto, 1991 a raíz de la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. A través de Ucrania pasa el 85% del gas que vende Rusia a Europa. Las amenazas de guerra entre Kiev y Moscú son innecesarias, porque costarían muchas vidas e incalculables daños materiales, y ya estamos viendo las consecuencias dañinas para la economía mundial con el petróleo a $90 dólares el barril