Guerra y Crisis Petrolera: ¿Una Nueva Oportunidad para Venezuela?

Por Angel Ruocco

Julio 2022

La Guerra entre Rusia y Ucrania iniciada hacia finales del pasado mes de febrero y los efectos de la pandemia del Covid-19, han abierto una nueva posibilidad para Venezuela en términos de los beneficios económicos que pudiera capitalizar, pues se están generando fuertes restricciones en el suministro petrolero e importantes alzas en sus precios internacionales con consecuencias inflacionarias y recesivas a escala global.

Referencias Pasadas

La historia petrolera mundial ha estado signada por fuertes crisis y estas han estado precedidas o acompañadas, muchas veces, por guerras en distintas partes del mundo, por lo que la actual situación mundial no es una excepción. En efecto, las tres crisis más recordadas con subida en los precios petroleros fueron: la primera 1973-1974 en el marco de la guerra de Yom Kipur (el precio petrolero se cuadruplicó con efectos inflacionarios y reducción significativa del crecimiento económico mundial); la segunda 1978-1980 en ocasión de acontecimientos en Irán y la guerra Irán-Irak (precio del petróleo más que se duplicó); y la tercera de 1990 producto de la invasión de Irak a Kuwait (nuevamente los precios del petróleo aumentaron sensiblemente). Los efectos de estas crisis, en unos casos más que en otros, fueron: inflación y contracción/recesión económica.  Otras situaciones tensas con aumento en los precios del petróleo se han dado a lo largo del tiempo, pero no comparables con las mencionadas.

Guerra Rusia-Ucrania y sus Consecuencias

Una nueva crisis de importantes dimensiones está aconteciendo desde el pasado mes de febrero 2022, ocasionada por la guerra iniciada por Rusia contra Ucrania, que ha estado afectando la cadena de suministros con potenciales (aunque realistas) efectos negativos en lo económico y comercial y aumento significativo en los precios del petróleo. Desde distintos frentes se ha avizorado un futuro poco esperanzador para el mundo si la guerra no se detiene en corto plazo, sin que se tenga claro quiénes serán vencedores de esta nueva aventura.

El efecto en términos de precios petroleros ha sido el de un crecimiento acelerado de los mismos, al tiempo de la toma de posicionamientos de los países OTAN, por los efectos del corte en el suministro del gas proveniente de Rusia, más allá de las tensiones propias de un conflicto bélico en la región.

En términos generales, el precio del Brent referencia para Europa evolucionó desde $ 99,29 el día previo al inicio de la invasión rusa hasta su pico el 16 junio $125,78. En la actualidad se cotiza en $ 112,26 b/d (el pasado 15 julio), reflejando un retroceso que no parece tener ninguna relación con la finalización del conflicto o la disminución de las tensiones (políticas y económicas), por lo que de no producirse la activación de factores positivos en el suministro que puedan relajar la situación actual, podría esperarse un nuevo rebote en los precios con consecuencias poco previsibles. Como referencia vale recordar que el máximo histórico del Brent fue registrado en Marzo 2012 en $125,45 en promedio.

Mix de Conflictos Pasados y Potenciales Dificultades 

Otros eventos distintos a las crisis petroleras han ocurrido a lo largo de las últimas décadas, entre ellos los derivados de crisis financieras en países desarrollados 2007-2009 y crisis de deuda externa colectiva e individuales en naciones en desarrollo. Hay que estar advertidos de que este tipo de eventos también pudieran potenciarse y combinarse con el conflicto bélico ruso-ucraniano actual, agudizando las tensiones.

Tampoco hay que menospreciar la crisis política y petrolera en Venezuela de los últimos 20 años que hizo reducir su producción de crudo a un tercio de la que tuvo al inicio de ese periodo. Su capacidad de producción y exportación se vio afectada notablemente y obviamente tuvo sus efectos en el mercado internacional por haber sido un muy importante protagonista, que no fue a mayores por las respuestas de otros países, entre ellos, la mayor oferta petrolera proveniente de EEUU.

Sin embargo, para evaluar la situación actual en Ucrania, hay que tomar en cuenta que se habían  producido tensiones internacionales y acontecimientos muy importantes en décadas previas, como lo son la caída del muro de Berlín y el desmembramiento de la Ex Unión Soviética hacia finales del siglo pasado, hechos estos que seguramente están presentes en la actualidad para el posicionamiento de dominación que ha mantenido Rusia frente a Ucrania y que apunta ahora a experimentar una nueva etapa para la reconquista de territorios que una vez mantuvo la ex Unión Soviética.  

Pero, otros factores reales importantes afectan la estabilidad del mercado petrolero mundial, entre ellos la alta dependencia que Europa viene teniendo del petróleo (gas) ruso. A esto se añade el papel que ha venido jugando China como creciente consumidor de petróleo a escala mundial y su cercanía a Rusia.

Potenciales Beneficiarios y Venezuela

En este marco, los países exportadores de petróleo tienden a verse beneficiados por el aumento de los precios del petróleo.

Uno de los países que pudiera verse beneficiado, una vez más, pudiera ser Venezuela, otrora clasificado entre los principales productores y exportadores a nivel mundial, por lo que los ingresos petroleros que obtendría ingresarían al Estado venezolano y este tendría la posibilidad de destinarlos al gasto y la inversión con fines de estimular la recuperación económica del país. No hay que olvidar que Venezuela ha visto reducida significativamente su producción petrolera en las últimas dos décadas: pasó de producir 3 millones de b/d a finales del siglo pasado a menos de 1 millón b/d en la actualidad. En consecuencia, la actual situación podría apoyar de manera importante la muy deteriorada situación económica del país, cuyo PIB se vio reducido en más de un 70% entre 2014-2020 y tan solo tuvo una leve recuperación de un digito en 2021.

Venezuela ante Beneficios Económicos y Limitaciones Políticas

Un nuevo impacto petrolero positivo sobre la economía venezolana es muy factible en la coyuntura actual y, de hecho, está ocurriendo vía precios, como ya ha sucedido en la historia económica del país. Recientemente se reportaba, basado en información de la OPEP, que el precio promedio de la canasta petrolera venezolana se había ubicado en $92,25 por barril para junio 2022, lo que lo situaba por encima de su nivel más alto alcanzado en agosto 2014. Igualmente importante es el hecho de que el promedio enero-junio 2022 fue de $81,39 por barril, casi 80% superior al registrado en el lapso enero-junio 2021, cuando se alcanzó un precio promedio de $46,09 por barril (https://economiahoy.digital/precio-del-petroleo-venezolano/).

Ahora bien, para que ese impacto positivo pueda materializarse totalmente debe producirse también la recuperación de la capacidad de producción petrolera y para ello se requiere determinación, apertura, negociación y voluntad política para abrir posibilidades reales de inversión que no han existido en los últimos años en el país, más allá de la necesidad de  elevación de la capacidad técnica para llevarla a cabo.  En este sentido, cabe mencionar que recientemente se reportaba que la producción petrolera de Venezuela había alcanzado 751.000 b/d durante el primer semestre de 2022, lo que significó un incremento de 38,3% en comparación con igual periodo de 2021.        (http://www.petroguia.com/pet/noticias/petr%C3%B3leo/producci%C3%B3n-petrolera-de-venezuela-aument%C3%B3-383-en-primer-semestre-de-2022). No obstante la recuperación mostrada, estas cifras han quedado bastante lejos de la meta que se había establecido el gobierno venezolano de un (1) millón de b/d y mucho más lejos aún de los niveles registrados hace 20 años de 3 millones de b/d. Estas cifras hablan por sí solas del descalabro de la industria petrolera nacional y del largo camino que le queda por recorrer para recuperar su época de florecimiento.

Por su parte, el levantamiento definitivo de las sanciones de EEUU al petróleo venezolano permitiría pensar en la posibilidad de que los ingresos en divisas a obtenerse puedan ser sustentables/sostenibles para mantener el estímulo económico doméstico necesario y este no es imaginable sin la generación de un ambiente propicio para el desarrollo de las actividades del sector privado, de manera tal de hacerlo duradero y no circunstancial o pasajero.

El reciente acercamiento del gobierno de EEUU a Venezuela por razones económicas pudiera ser el inicio del mejoramiento de las condiciones para la inversión en el sector petrolero, pero antes deben acercarse las posiciones políticas que han limitado el mejoramiento de las relaciones diplomáticas y comerciales. Sin embargo, intereses extraregionales pueden pender sobre Venezuela y limitar los avances efectivos en la dirección deseada, valga decir, los intereses reales de países como Rusia y China que pueden condicionar estos avances.

En todo caso, para que los beneficios económicos sean de significación para Venezuela habrá que mantener la inversión necesaria en el corto, mediano y largo plazo. La construcción y materialización  de la confianza mutua entre EEUU y Venezuela será indispensable. Para avanzar en esta dirección habrá que superar escollos políticos y de geopolítica internacional, no fáciles de vislumbrar en los momentos actuales, pero si se acepta que los países dominantes se mueven por intereses económicos, podríamos estar viendo otros episodios de política internacional y de intereses políticos que beneficien al país en términos económicos en un juego de ganar-ganar entre las partes.

Comentario Final

La situación internacional actual es una nueva oportunidad para Venezuela a fin de construir alianzas durables y sostenibles para beneficio del país. Lo que hagamos ahora o dejemos de hacer en materia petrolera determinará en gran medida las posibilidades de mejora. Hagámoslo mientras el petróleo juegue el papel tan importante que ha venido jugando hasta ahora o veremos pasar el tren nuevamente.

Las guerras y las crisis petroleras no pueden ni deben ser acontecimientos que determinen el curso de mundo, pero Venezuela si puede y debe sacarle partido a la coyuntura actual.  

Fuente Analítica

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