Haití, espejos para Abinader

 J.C. Malone

Saulo era hijo de una familia que tenía contratos con el ejército romano. Le construía las tiendas de campaña y alimentaban a las tropas, entre muchos otros servicios. Cuando creció, inició su propio negocio, un ejército de mercenarios que se dedicaba a matar cristianos, no había muchos, pero a él le iba muy bien.

Un día, Saulo cruzaba el pórtico de Damasco, Siria, un rayo lo tumbó del caballo, y quedó ciego. Invidente, él “vio” a Jesús, quien le cambió el nombre de Saulo a Pablo, así “renació” el apóstol de los gentiles.

En 1994, Joaquín Balaguer, absolutamente ciego, “vio” que apoyar el embargo de la “comunidad internacional” contra Haití, perjudicaría a la República Dominicana. Un pueblo depauperado, hambriento y sin combustible, estaba obligado a cruzar la frontera, Balaguer lo “vio” y evitó eso.

Hoy nuestro presidente Luis Abinader le obedece a la “comunidad internacional” que en 1994 disolvió el ejército haitiano, creando el vacío de poder que ocupan las pandillas.

Esa misma “comunidad internacional” gastó $13,000 millones, en 13 años, con soldados de la ONU, que trajeron el cólera a la isla, sin resolver nada.

El renunciante primer ministro Ariel Henry, como lo hace Abinader, hizo exactamente todo lo que quería esa “comunidad internacional” y al final lo “jondearon” por un barranco.

Balaguer antepuso el interés nacional por encima del de la “comunidad internacional”, y Henry cumplió sus designios. Abinader tiene dos ejemplos opuestos, dos espejos diferentes para escoger.

Balaguer, absolutamente ciego, tuvo una clara visión, pero Abinader que ve, imita la ceguera de Henry.

Haití no necesita policías extranjeros, necesita restablecer su ejército para apoyar a su policía y pacificar su pueblo, los extranjeros nunca lo pacificarán.

Mientras más Abinader se acerque a la “comunidad internacional” más se alejará del vecino, más haitianos mendigarán en República Dominicana. Eso es absolutamente seguro.

Por cada haitiano que llegue a Florida, 20 llegarán a República Dominicana.

Quien tenga ojos para ver, verá con mucha claridad, la “haitianización” de República Dominicana que propicia Abinader.

Listín Diario

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