Hay que salir a defender la agropecuaria nacional

Felipe Ciprián

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En un contexto mundial de pandemia que no acaba por ahora y de guerra en Ucrania con peligro de extenderse a otros países de Europa, convertir la agropecuaria dominicana en un sector dinámico, productivo, generador de empleos, estabilizador de precios y abastecimientos, debe ser un eje estratégico de la política económica del gobierno dominicano.

Hasta ayer, el gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) que encabeza Luis Abinader ha estado haciendo exactamente lo contrario: canceló masivamente a los técnicos y profesionales agropecuarios y los mantiene cancelados, impulsa políticas de subsidio masivo a las importaciones con dinero público y, para colmo, quiere otorgar por ley mercados libres de aranceles para las mercancías de origen agropecuario que vengan del exterior para dar el golpe definitivo al sector.

Con las cancelaciones de técnicos agropecuarios y la paralización total de la ejecución de los proyectos agrícolas y ganaderos que aprobó el pasado gobierno de Danilo Medina, el campo dominicano recibió un impacto terrible. Por un lado, se perdió una considerable cantidad de empleos rurales, se descuidaron los controles sanitarios en puertos, aeropuertos y pasos fronterizos, dando como resultado la introducción de la fiebre porcina africana, que mató y obligó a sacrificar cientos de miles de cabezas de cerdos, con pérdidas cuantiosas en el sector y más desempleo.

Al dejar sin financiamiento los proyectos que estaban en marcha con las visitas sorpresa que tanto dinamismo dieron a los pequeños productores y criadores, la producción cayó, las obras de infraestructura como canales, sistemas de regadío, carreteras intercomunitarias y caminos quedaron abandonadas, sumiendo al campo en un letargo pasmoso y a las familias en la incertidumbre y la precariedad.

Ese golpe a la agropecuaria explica el crecimiento de la pobreza rural que nadie puede negar, el resurgimiento de la migración rural-urbana y hacia el exterior en yolas a Puerto Rico y Bahamas, y por avión vía México, que provocaron tragedias como las de Miches, Florida y Chiapas.

Un solo ejemplo
Pongo el ejemplo que mejor conozco: en agosto de 2020, cuando Abinader subió al poder, en la zona norte de Baní estaban en ejecución la carretera Peravia-Valdesia para facilitar el transporte hacia los mercados y puertos de más de seis millones de unidades de aguacates, miles de quintales de café, granos, cítricos, verduras, crianza de aves y ganado. La vía llegó hasta Iguana Arriba y ahí quedó. Jamás se ha dado un golpe.

Se estaba construyendo un acueducto múltiple para abastecer de agua potable a Iguana, Los Jobitos, Buena Vista y Arroyo Salado, para favorecer a miles de familias campesinas que viven de forma permanente en el campo, pero los trabajos fueron paralizados después de un gran avance y jamás se ha hecho nada.

Más de 3,000 tareas estaban en irrigación en Iguana con un moderno sistema instalado por el gobierno donde se produjo mucho maíz dulce, ají y otros vegetales de exportación, pero jamás se le ha dado mantenimiento y mucho menos financiamiento para continuar la producción.

El gobierno había entregado más de dos millones de plantas de aguacate, café, cacao, limón, naranja agria, níspero y otros frutales que fueron plantados por el Bloque de Agricultores Peravia-Valdesia con un doble propósito: proveer ingresos con su producción a las familias residentes en la zona y ampliar la cobertura boscosa en las cuencas de los ríos y arroyos que surten la represa de Valdesia, donde se genera electricidad, se suplen los acueductos de Santo Domingo, San Cristóbal y Baní, además de que se alimenta el canal Marcos A. Cabral y el derivador Nizao-Palenque. Jamás se ha entregado un grano de mostaza.

Las noticias que llegan de otros campos son peores: les quitaron equipos, retiraron los técnicos de apoyo a los proyectos, paralizando la producción y ralentizando los mercados.

Dinero a intermediarios
Si a ese golpeo sincronizado a la agropecuaria se agrega una política definida del gobierno de usar el crédito del Banco Agrícola para financiar a los intermediarios de la producción nacional y a los importadores de alimentos, el saldo no puede ser más desastroso para la soberanía alimentaria, la estabilidad de precios, el empleo y el bienestar de las familias.

Cuando entraba en página mi artículo de la semana pasada “Gobierno da tiro de gracia a la agropecuaria dominicana”, Abinader y los principales funcionarios de Agricultura e Industria y Comercio, anunciaban en el Palacio Nacional que estaban disponiendo de 3,000 millones para subsidiar las importaciones de alimentos agropecuarios. ¡Ofrézcome!

Ese anuncio “le puso la tapa al pomo” porque quedó al descubierto que al gobierno del PRM le interesa que los intermediarios hagan buenos negocios con el dinero del Estado y que los agricultores y sus familias se vayan a la ruina y queden al desamparo.

¿Por qué razón el gobierno tiene que dar el dinero público para que intermediarios traigan cebolla de Holanda cuando los agricultores de Baní, Ocoa, Constanza, entre otros, pueden producirla de mucha mejor calidad, generando empleo y ahorrando divisas al país? ¿Por qué el dinero público se le entrega a manos llenas a importadores de habichuela para que la traigan de Argentina cuando en San Juan, Vallejuelo, Azua, Ocoa, Constanza, Jarabacoa y otros lugares los agricultores la pueden producir fresca y de mejor calidad?

¿Qué impide que los importadores acudan a un banco comercial a proveerse de financiamiento para importar mercancías y tengan que servirse del gobierno para despojar al agricultor de la asistencia financiera estatal que había sido la norma hasta la llegada de este gobierno?

Si este gobierno subsidia y financia las importaciones de alimentos que siempre se han producido en el país, ¿por qué no financia y subsidia la importación de autos, tecnología, joyas, cosméticos, medicamentos, equipos, maquinarias, computadoras, celulares inteligentes, combustibles, lubricantes y sarcófagos que no se producen aquí?

La irracionalidad de la política agropecuaria del gobierno de Abinader necesita, urgentemente, ser superada porque la paz social es más importante que los intereses particulares y grupales de “compañeros” que han probado ya que poco les importa hundir al país si sus ganancias crecen.

Abinader responde
El pasado viernes Abinader habló en la Feria Agropecuaria y prometió que el gobierno iría a ayudar al campo con un financiamiento de 180 millones de dólares que tiene concertado para los próximos meses con organismos internacionales.

Creo en su palabra, pero no en la de los funcionarios del sector agropecuario que se han dedicado a destruirlo fortaleciendo a los intermediarios y apuntalando como nunca a los importadores de alimentos.

Si esos mismos funcionarios son los que tendrán en sus manos los 180 millones de dólares, equivalentes a 10,000 millones de pesos, estamos perdidos porque las clases no se suicidan y no es verdad que quienes se han consagrado a poner al Ministerio de Agricultura y al Banco Agrícola al servicio de los intermediarios y los importadores de alimentos agropecuarios, van a fomentar la producción.

Menos mal que en el país comienza un movimiento ascendente de preocupación por la soberanía alimentaria, por la necesidad de defender la producción nacional y la supervivencia de la agropecuaria, porque si los productores siguen indiferentes a los golpes que están recibiendo, los intermediarios e importadores que son tan influyentes en el gobierno del PRM, harán del campo, trizas. Y ningún dominicano honesto debe aceptar eso.

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