Historiadores definen a Luperón como el cuarto Padre de la Patria

Santo Domingo, 11 sept – Historiadores coincidieron en que a Gregorio Luperón, expresidente dominicano y protagonista de la Guerra de la Restauración, hay que darle más visibilidad para que su memoria y legado perduren por su grandeza como ser humano, político, estratega militar y patriota.

Estas sugerencias y apreciaciones fueron externadas por José Guerrero, director del Museo de Historia, y por el mayor general Miguel A. Cordero, quienes destacaron la dimensión de Luperón, a propósito de celebrarse el pasado 8 de septiembre el 183 aniversario de su natalicio.

Luperón, fue un autodidacta que decidió estudiar francés para poder dar lectura a los libros de la biblioteca de su protector, Pedro Dudocq, ya que todas las obras estaban en ese idioma. Allí pudo conocer las estrategias de otras naciones más avanzadas en cuanto a las guerras, lo político, económico, militar y social.   

El director del Museo de Historia señaló que para hablar de la personalidad de Luperón, hay que resaltar que él es un ejemplo de cómo República Dominicana ha dado hombres y mujeres, personalidades históricas, que vienen de abajo.

“Cuando uno lee su historia, la biografía de Luperón, hecha por Rufino Martínez, otro puertoplateño, uno ve que hizo de todo en la calle: vendió dulces, su mamá tenía un ventorrillo y ese señor, fue autodidacta por completo”, apuntó como dato histórico.

El cuarto padre de la patria

Ante la pregunta de si realmente debe ser reconocido como el cuarto padre de la patria, Guerrero dijo que “de hecho ya lo es” y que no necesita ningún reconocimiento oficial para serlo.  

“Lo es, no necesita ningún reconocimiento oficial. Lo que pasa es que el propio hecho de los tres padres de la patria fue un proceso muy conflictivo que se dirimió cuando Lilís, en 1894”, señaló durante un panel realizado en el programa Reseñas, que conducen los periodistas Rafael Núñez y Adelaida Martínez, los sábados por Entelevisión a las 10:00 de la noche.

El director del Museo de Historia dijo que a Luperón hay que verlo como es en sí mismo, pero nunca desvincularlo de sus orígenes populares y humildes, al destacar que llegó incluso a tener una visión empresarial y hasta estuvo en Europa, y a quien en ningún momento se le vio riquezas ni cosas mal habidas.

Luperón nunca estuvo interesado en cargos de poder

En tanto que el historiador, poeta, ensayista y novelista, el mayor general Cordero, dijo que Luperón nunca pretendió llegar a ocupar cargos de relevancia, porque sabía que había muchas divisiones sociales y en el país había estratos sociales que le impedían llegar a donde él quería.

“Y en ese sentido él, cauteloso con eso, se cuidaba de no herir. Y muchas veces por su condición y origen era un poco relegado a un segundo plano… y él lo reconocía y se cuidaba”, analizó el mayor general Cordero.

El perfil militar de Luperón

En cuanto al perfil militar de Gregorio Luperón, el mayor general Miguel A. Cordero, destacó que cuando fue designado por Pepillo Salcedo como comandante de armas de Santiago, él dijo: ´Yo no soy militar, la providencia me ha designado a mí en una revolución de restauración… Detrás de mí hay una serie de veteranos que tienen un historial muy por encima del mío´.

“Si lo vemos desde la polemología de la guerra: Luperón es uno de los pocos militares, no solo de República Dominicana, sino de Latinoamérica y el mundo”, dijo.

Señaló que Luperón reúne los tres niveles de lo que se denomina ´los perfiles de la guerra´: el estratégico, operativo y táctico, ya que en las guerras era demoledor, superando incluso a Máximo Gómez y José Martí.

Expresó que los historiadores Ramón González Tabla y José de la Gándara destacan la figura de Luperón, en la cual, sin tener ningún tipo de entrenamiento militar se destacó en la guerra por encima de los demás.   

 Al intervenir Guerrero en esta parte, recordó que para centrarse en el perfil militar de Luperón, no se puede olvidar que la victoria frente a los españoles en la Restauración fue en Guanuma, lugar donde se enfrentó a Pedro Santana, derrotándolo y a quien los otros generales le huían.  

Dijo que Luperón poseía innovación en el campo de batalla y era un civilista que reformó las Fuerzas Armadas de aquella época, ya que criticaba que solo se centraran en formar a generales sin tropa, cuando debía pensarse en los dos cuerpos.

Señaló que hay que destacar la participación en esa guerra restauradora de los campesinos dominicanos, quienes lucharon en harapos para dar paso a la segunda República.

El hombre que nunca se interesó en ser presidente  

Ambos historiadores recordaron que a Gregorio Luperón nunca le interesó ser presidente de la República, pero que se vio obligado a asumirlo, porque Cesáreo Guillermo había convertido el país en una dictadura terrible e insoportable.

“Él se quedó en Puerto Plata, hizo un gobierno ejemplar y no hay tiempo para decir todo lo que hizo, pero desde ahí comienzan a surgir los gobiernos más estables… El asunto es que al quedarse en Puerto Plata y mandar a Ulises Heureaux a Santo Domingo como delegado, ese señor se dio cuenta de que desde allí se estaba generando una pugna en lo político, económico y militar con respecto al Cibao”, narró Guerrero.

Dijo que desgraciadamente eso le convino a Lilís, quien asumió el poder y tomó las riendas del Partido Azul, generando un derrotero en el país.

Las coincidencias entre los gobiernos de Luperón y Juan Bosch  

Un dato analizado por el mayor general Cordero, invita a trasladarse al 1863, fecha de la Restauración; así como al 1963, cuando surge el gobierno de Juan Bosch, 100 años después, cuando el expresidente en un acto se enamora de la figura de la espada restauradora.

“Si analizamos el periodo que duró de gobierno de Luperón (270 días) y el de Juan Bosch (7 meses), hay una similitud, pero no solo eso, Luperón luchó por la restauración de la República, y el profesor Bosch por la restauración de la democracia”, razonó el mayor general Cordero.    

Otros datos sobre Luperón que invitan a recordar, se centran en su infancia, quien fue criado por su madre pero no reconocido por su padre. Se dedicó a actividades de venta en las calles, como el de vender dulces mientras su madre tenía un ventorrillo.

En la actualidad, en Puerto Plata, su tierra natal, la casa que regaló a su hija fue convertida en un museo en su honor. Durante su gobierno estableció infraestructuras importantes como el ayuntamiento, el cuerpo de bomberos, la glorieta del parque central de Puerto Plata, reformó las Fuerzas Armadas, y dejó establecidas otras otras infraestructuras que todavía perduran. 

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