‘Incapacidad’ y burla

Ruddy L. González

 No hay forma de explicar a la so­ciedad que los legisladores na­cionales, la dirigencia y el poder político, los poderes fácticos, hayan sido tan impúdicamente ‘incapaces’ de votar un proyecto tendente, por demás, a modernizar, actualizar, hacer realista un Código Penal que garantice un ejercicio más ajustado a una buena administración de justi­cia.

Una iniciativa que lleva unos 20 años dan­do vueltas en los hemiciclos, que aunque todos dicen es necesario, imperioso, hacen lo posible, y hasta lo imposible, para que no se materiali­ce, con trabas y periquitos p… que se colocan cada vez en su camino.

Y uso la palabra ‘inca­pacidad’, porque no hay otra forma decente de calificarlo. Las tres causales fué la justificación clandestina, de Presidentes y partidos, por te­mor a la crítica de unos u otros sectores de la sociedad en pugna por la norma propuesta.

A esto se sumaron periquitos como las ‘garan­tías’ de derechos de homosexuales y lesbianas, el maltrato infantil, un rosario de enmniendas y adendums de último minuto, de parte de la Procuraduría y de organizaciones de presión, como Finjus, así como agresivas presiones de influyentes comunicadores y medios favora­bles, principalmente, con la despenalización del aborto.

Este penoso espectáculo de irrespon­sabilidad colectiva es una brutal burla al cum­plimiento del deber que los legisladores y otros funcionarios juraron cumplir y hacer cumplir.

Este desparpajo nos muestra por qué no de­bemos, escandalizarnos por nada, y digo NA­DA, de lo que sale de las cámaras legislativas y/o de los políticos y/o de los partidos que la re­presentan, haciendo galas de aquel refrán de que ‘na’e na y to’e to’.

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