Insomnio y tratamiento

Por ANULFO MATEO PEREZ

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Pasamos durmiendo la tercera parte del tiempo que nos toca vivir, no obstante, es cada vez mayor el número de personas que padecen de trastornos del sueño. El insomnio es uno de los más frecuentes en la población adulta. Según el Dr. Ismet Karacan, el 13% de la población presenta insomnio de carácter más o menos crónico.

Esa alteración del sueño debe ser valorada siempre, hasta que se demuestre lo contrario, como una manifestación importante de disturbios de la salud física Y/o mental, que debe ser exhaustivamente valorada.

El insomnio se clasifica así: 1) Insomnio inicial: Dificultad en conciliar el sueño (período de latencia mayor de 15 minutos). 2) Insomnio medio: Despertares durante la noche.3) Insomnio matinal: Despertar temprano (acortando el período total de sueño). 4) Insomnio mixto: Combinación de los anteriores.

Reputados laboratorios de sueño, donde se realizan electroencefalogramas, electrooculogramas, electromiogramas y bioquímicas han establecido trastornos del sueño primario o específico y secundario o inespecífico, según su causa.

El insomnio primario manifiesta: Latencia de sueño (tiempo de quedarse dormido), aumentada, sueño superficial, despertares frecuentes, prematuro “pensamiento” durante el sueño. Esta modalidad de insomnio debe ser diagnóstico de exclusión en la práctica médica.

Estos pacientes tienden, además, a tomar siestas durante el día, y son sumamente sensibles a la privación de este tipo de sueño diurno, por el insomnio nocturno.

Una temperatura ambiente inadecuada (alta o muy baja), donde está el durmiente, produce insomnio inicial y somnolencia diurna (tendencia a dormir en la mañana).

En estas circunstancias se produce una inversión en el ritmo de temperaturas corporales entre el sueño y la vigilia.

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