Irán-Israel: cuando la humanidad se cansa de la impunidad y del crimen

Miguel Mejía

El tema que nos ocupa en esta entrega debe ser abordado desde su génesis para poner en contexto los acontecimientos de hoy en el Oriente Medio, a la luz de la agresión de Israel contra la República Islámica de Irán. Por ello hemos consultado al historiador, escritor, investigador, doctor Elíades Acosta Matos, con quien hemos sostenido una amplia conversación y análisis de la historia y de los hechos recientes, lo que me ha permitido las reflexiones siguientes:

En 1977 Irán hervía con multitudinarias manifestaciones contra el gobierno del Sah Mohamed Reza Palhevi, por la sumisión a Estados Unidos y Gran Bretaña, profanando los preceptos del Islám. La memoria histórica también impulsaba a los manifestantes: la nación recordaba, y no perdonaba, el golpe de Estado de la CIA en 1953, que derrocó al primer ministro Mohamed Mosaddeq debido a la nacionalización del petróleo iraní.

En ese entonces, el imperialismo norteamericano había impuesto a Reza Pahlevi, cuyos años de gobierno fueron un rosario de entreguismo de los recursos de la nación a las potencias occidentales y de crímenes y torturas sin fin contra su propio pueblo.

El 7 de enero de 1978 fue derrocado el gobierno de la monarquía, triunfando la Revolución islámica, que desde entonces rige en Irán. Se trata de un movimiento teológico chiita, revolucionario, antimperialista y antioccidental que se ha caracterizado por sus posiciones intransigentes ante las agresiones a los pueblos árabes y especialmente, en defensa del pueblo palestino.

Las agresiones, los bloqueos, las sanciones y las campañas de desestabilización contra Irán y su pueblo, han sido constantes hasta llegar a la presente agresión israelí del pasado 13 de junio. A ellas se han sumado los sionistas, las monarquías del Golfo Pérsico, las oligarquías de otras naciones árabes, encabezadas por los países occidentales con un triste historial colonialista y el imperialismo norteamericano.

La firmeza de la Revolución iraní y sus posiciones en la política mundial nunca han sido toleradas por sus enemigos. Ello ha obligado a la nación persa a dedicar recursos a las investigaciones científicas en las áreas de la seguridad y la defensa y a mantener una relación estrecha con sus aliados en la región, especialmente con los movimientos palestinos y libaneses, los gobiernos de Siria, Iraq y el Líbano.

Entre las principales operaciones de desgaste ejecutadas contra la Revolución islámica se encuentra el atizamiento de una prolongada guerra de ocho años con Iraq, que causó más de un millón de muertos.

La agresión israelí a Irán: Extensión del dominio en la región

Si partimos de los terribles hechos consecuencia de la confrontación de Israel contra Palestina en la Franja de Gaza, por la ocupación de un territorio que legítimamente no le pertenece, donde ha cometido el más grande genocidio contra gente inocentes y lo asociamos con el tremendismo con que perpetró su agresión militar contra el pueblo de Irán, no hay dudas de que se trata de una modalidad del proyecto sionista-estadounidense en su pretensión de dominar la región de Oriente Medio.

El prontuario de crímenes de guerra del Gobierno israelí dirigido por su presidente Benjamín Netanyahu rebosa la extensión de su territorio y está plagado de ilegalidad, violando el Derecho Internacional.

La excusa y justificación para los ataques israelíes del 13 de junio fue el desarrollo del programa nuclear de Irán y de su avanzada industria de misiles y drones. Se dice que  Israel posee alrededor de 400 bombas nucleares, elaboradas en secreto, y sin el control de las organizaciones internacionales que regulan el uso de la energía atómica. 

Sus blancos durante los bombardeos, incluyen a funcionarios de áreas estratégicas como el comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), Hossein Salami, el jefe del Estado Mayor, Mohammad Bagheri y su adjunto, Gholamai Rashid, además, a figuras influyentes vinculadas a los programas nucleares iraníes, entre estos seis científicos, Fereydoon Abbasi, quien dirigió la Organización de Energía Atómica de Irán entre 2011 y 2013, pasando a ser posteriormente miembro del Parlamento, entre 2020 y 2024, Mohammad Mehdi Trhranchi, quien era director de la Universidad Shahid Beheshti, Ahmad Reza Zolfaghari, profesor de ingeniería nuclear de la Universidad, y otro profesor del área según informa la Agencia Iraní de Noticias. Además de Infraestructuras y decenas de civiles, incluidos niños, en un acto de barbarie y de extrema irresponsabilidad que expone a los pueblos del mundo a una guerra de impredecibles dimensiones y consecuencias

Para Estados Unidos y el resto de los países occidentales, es un viejo sueño la destrucción de la Revolución iraní y su sustitución por un gobierno títere, como ya fue logrado en 1953. A ello se opone el pueblo patriótico y nacionalista de Irán, las fuerzas más progresistas de la región y el resto de los pueblos del mundo, que han tenido la macabra oportunidad de apalpar en Gaza, Cisjordania, el Líbano y Siria de qué son capaces los sionistas y sus cómplices.

El momento en que estalla esta agresión, hoy convertida en confrontación de impredecibles consecuencias, coincide con el intento de esfuerzos regionales e internacionales para detener el genocidio sionista en la Franja de Gaza y propiciar el dialogo sobre el tema nuclear. Pero nada de esto interesa a Israel ni a los Estados Unidos de Norteamérica.

Irán se mantuvo acusando a Estados Unidos de respaldar la agresión israelí y lo afirma con pruebas documentales, exigiendo condena internacional. Su respuesta a la brutal agresión israelí es un derecho legítimo que como Estado le corresponde en defensa de su soberanía, de la tranquilidad y autodeterminación de su pueblo, y de sus infraestructuras

Lo que se sabía: Trump se dejó ver en el juego de Israel

Si el presidente Donald Trump pretendía parecer al margen en esta agresión de Israel contra Irán, estuvo actuando como decimos en buen dominicano, “como la gatita de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano”. En la madrugada del sábado 22 de junio evidenció lo que el mundo sabía. Las negociaciones que llevaba con Irán a través de una tercera nación y luego de la tercera ronda, no era más que el mecanismo que usan ciertas naciones de occidente para dilatar el desarrollo de otras, en este caso de Irán en materia de energía nuclear, como hoy día lo tienen países como Gran Bretaña, Francia e Israel, que además es con odio que posee armas de destrucción masiva hasta con ojivas nucleares.

Estados Unidos en su urgente necesidad de demostrar su cuestionada y tambaleante condición de nación hegemónica, ha recurrido a su poderío militar para exhibir un golpe agónico de autoridad, aprovechando la oportunidad postergada por más de veinte años de saldar cuentas con Irán.

Con el bombardeo irresponsable e ilegal contra instalaciones nucleares iraníes ha empezado un nuevo episodio auto destructivo de la humanidad previsto desde los orígenes de la carrera armamentista entre las grandes potencias hegemónicas. Pero han abierto las puertas a la inevitable respuesta iraní, a la escalada del conflicto y a la posibilidad del estallido de la Tercera Guerra Mundial, con todas sus consecuencias.

A casi dos semanas del inicio del conflicto, provocado por Israel y sus socios, y a pesar de la férrea censura sionista para que no se sepa la magnitud de sus pérdidas y el derrumbe de sus capacidades defensivas, queda claro que Trump y la OTAN estuvieron dispuestos a entrar abiertamente en la guerra y destruir al pueblo iraní y sus instituciones.

Ante la gran incertidumbre veremos lo que sigue

Por su parte, Irán no está solo y sus aliados, entre ellos Rusia, China, Corea del Norte, Yemen y Paquistán, han declarado que no permitirán su destrucción. Además, a pocas horas de del inicio del conflicto, el 13 de junio, Irán recibió el apoyo inmediato del mundo árabe y musulmán unificado mediante la firma por veintidós (22) países de una declaración de la Organización para la Cooperación Islámica, rechazando la agresión de Israel. El rechazo se ha incrementado contra el bombardeo de Estados Unidos. Y lo han reafirmado, sumándose China, Rusia, Corea del Norte, Afganistán, Pakistán, entre otros.

Se trata de una guerra de nuevo tipo asida al mismo origen descrito precedentemente. Y como tal, las expectativas están sentadas en cómo responderá Irán que lleva más de 40 años preparándose para esta guerra. Analicemos la dimensión de sus posibles respuestas:

Irán tiene dos ejércitos, el oficial comandado por el presidente Masoud Pezeshkian, con la fuerza militar de combate convencional, que es poderoso; y la guardia republicana comandada por el Ayatola Jomeini, más poderoso aún, con aliados en todo el mundo con capacidad para respuestas frente a cualquier contingencia.

Se dice que el Parlamento iraní aprobó oficialmente el cierre del estrecho de Ormuz, por primera vez desde 1972, un área que conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán y el Mar Arábigo, esencial para el transporte de petróleo y gas natural licuado, lo que afectaría envíos de más de 20 millones de barriles de petróleo al día, y de lo que provocará una crisis energética mundial, con consecuencias directas en Estados Unidos y el resto del mundo. Esa decisión parlamentaria todavía está sujeta a la aprobación del Consejo de Seguridad de Irán.

Se dice también que el Ayatola Jomeini ha dado poderes al Parlamento para escoger a su sucesor, en caso de una eventualidad, para lo cual ha señalado a tres personas con este propósito. 

Pudiéramos asegurar que Irán se prepara para lo que vendrá. No hay dudas de que reconstruye su agenda institucional a partir de este conflicto y las nuevas circunstancias resultantes. Según fuentes calificadas por ahora los daños causados a los blancos del ataque estadounidense no son graves como afirman los perpetradores. Y, que sus reservas enriquecidas de uranio fueron evacuadas previamente de los lugares impactados.

En todo este contexto, de cara al propósito expreso de Donald Trump y sus socios, entre los cuales están Francia y Gran Bretaña, que se han pronunciado reafirmando la necesidad de disminuir la capacidad nuclear de Irán, pero marcan distancia de la acción militar de su aliado, afirmando que no han tomado parte, hay que tomar en cuenta la creciente oposición interna en la “gran” nación.

Esta agresión de Trump divide, como en efecto, a la sociedad norteamericana; en cambio, unifica al pueblo iraní. Por tanto, es evidente que fue una acción unilateral del presidente Trump que no contó con la aprobación de su congreso. 

La reacción de las Naciones Unidas en contra de las agresiones y acciones militares deben tener oídos entre sus miembros, sean grandes o pequeños; el impacto de la irracionalidad de Estados Unidos, Israel y sus aliados, al margen del derecho internacional ha puesto en peligro el futuro de la humanidad, cansada de la impunidad y el crimen.

La paz mundial pende de un hilo, pero la paz no se compra con miedo ni vacilaciones cuando están en juego los principios y los derechos. El pueblo y la Revolución de Irán merecen solidaridad y respeto. A los agresores genocidas y abusadores, todo nuestro repudio y condena. El llamado es por la paz global firme y duradera, sustentado en la justicia y el respeto a la autodeterminación de los pueblos.

El Caribe

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