La aventura del supuesto hijo de Gómez Díaz, un acto criminal e inhumano que no debe quedar impune
Lina Paulino
Periodista y psicóloga clínica.
Es penoso ver como en los últimos tiempos, los actos más aberrantes, inhumanos, deplorables, y hasta criminales son el alimento de las redes sociales y el banco de sangre de muchos vivos que se aprovechan de la ingenuidad, la vulnerabilidad, ignorancia, y condición incluso social o mental de muchos otros, que desconocen el impacto que generan todas esas depravaciones cibernéticas, sin que se visualice un control efectivo al respeto.
La morbosidad y la burla, giran en torno a temas que deben ser asumidos con responsabilidad y ser de antemano condenados por los ojos ciego de la justicia, y tal sentido, cabe resaltar el más reciente caso acontecido en una humilde comunidad del país, donde un irresponsables usurpo la identidad de un supuesto hijo del reconocido empresario Juan Ramón Gómez Díaz, y en su momento todo fue una chercha, un relajo y como la velocidad de un soplo de aire, se hizo viral.
Lo lamentable es que otros supuestos influencer que viven de la mediocridad humana, elevaron la hazaña del Usurpador a un pedestal y fue vista hasta cierto punto como un acto heroico, lleno de ingenio y valor. No obstante, al parecer nadie se tomó el tiempo de analizar lo inhumano de dicho acto tan criminal como el que más, que no solo implica el delito de usurpar una identidad, sino el hecho de burlarse de una comunidad que celebraba uno de sus eventos más patrióticos.
Allí, muchas jóvenes esforzadas con la ayuda humilde de personas que aman su tierra, anhelaban con orgullo representar a su pueblo que las vio nacer. Este inescrupuloso, que por demás andaba borracho con un volante en las manos, declarado por el mismo, otro delito a tomar en cuenta, se burló de la inocencia, generando sin ningún tipo de reparos y remordimiento falsas esperanzas en medio de la empobrecida ciudad.
El también llamado Patrón de Jarabacoa, cuyo pueblo de origen de este criminal debería declararlo como persona no grata, no solo afectó los intereses de dicho empresario, sino, que con el mayor acto de cinismo e indolencia se burló de la dignidad de un pueblo que celebraba una humilde tradición, sin que se reflejara, ni antes ni después el mas mínimo arrepentimiento y muy por el contrario ondeaba orondo su cobarde proeza.
Lo lamentable de todo esto y todo lo sabemos, es que como la mayoría de las cosas que suceden en Santo Domingo no pasara a mayores, hasta tanto este individuo se vea envuelto quizás, en otro escándalo, ya que su proceder no parece ser improvisado y su forma de vida a mi parecer resulta sospechosa. Mientras tanto este “Héroes Nacional” posiblemente esté siendo felicitado hasta por las mismas autoridades por su increíble hazaña burlesca y aberrante.
La usurpación conlleva una sanción legal, pero que hacemos con el agravio desgarrador que genero una esperanza falsa, no solo con la Joven del Certamen, sino también con el dolor y la desilusión generada entre sus familiares y amigos y al pueblo de Villa Altagracia y el País mismo, por lo tanto no estamos hablando de un chiste de mal gusto, sino de una acción condenable y deplorable que no puede quedar impune.