Odio a los Tigres del Licey: Carta de un aguilucho por la corona 24

SAULO MOTA TELEMÍN

Odio a los Tigres del Licey. Odio a sus jugadores. Odio sus uniformes. Odio cuando ganan. Odio a sus fanáticos. Odio los bullosos que son. Odio su arrogancia. Los odiaba antes de saber el significado de esa palabra.

Cuando era un niño uno de mis profesores nos dejó de tarea hacer una composición en la que debíamos escribir sobre lo que queríamos hacer si nuestra familia fuera millonaria.

Mis compañeritos escribieron sobre las vacaciones soñadas que tomarían, viajes a países exóticos o describían las mansiones en que vivirían.

¿Y yo? Escribí sobre cómo compraría al Licey y los haría perder todos los partidos. Así pensaba con solo 7 años y poco ha cambiado en ese aspecto desde ese entonces.

Tiempo después y es ese mismo equipo el que me saca las primeras lágrimas como fanático “hecho y derecho” al ganar (de manera ilegítima y usurpadora en mi opinión) la Serie del Caribe del 2008, celebrada en Santiago.

Esa final quedó grabada en mi mente por la injusticia de haber perdido contra un equipo que ni siquiera debió haber estado participando en el torneo. Eso teniendo en cuenta el famoso diseño de aquel trofeo.

A ese campeonato le siguieron otros, creciendo así con cada victoria mi desdén por esas cinco letras.

Ahora, el Licey vuelve a coronarse, esta vez con el peor equipo de los que clasificaron al Round Robin esta temporada y eso hace que este título sea aún más amargo para mí.

Esta victoria me dañó lo que queda de enero y probablemente el próximo mes también.

Habiendo dicho todo esto, felicidades a los bicampeones nacionales.

Ojalá pierdan todos los juegos de la Serie del Caribe.

Atentamente, un aguilucho.

Listín Diario

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