La desinformación como riesgo

 Margarita Cedeño

Continuando con el análisis de lo discutido en el marco del Foro de Davos del 2024, es importante hacer un análisis pormenorizado del acostumbrado informe sobre riesgos globales que elabora el Foro Económico Mundial, que incluye un exhaustivo desglose de los principales riesgos comunes de la humanidad y las tendencias sobre estos. El informe identifica cuatro grandes fuerzas estructurales para gestionar los riesgos globales, tomando en cuenta los desafíos críticos que demandan atención inmediata.

En primer lugar, aborda el tema de los riesgos ambientales, resaltando que es una preocupación que preocupa más a los que son más jóvenes y al sector privado. Es evidente que sea así, porque el cambio climático se ha convertido en una discusión generacional e ideológica, en términos etarios, y en un tema de impacto económico para las empresas privadas, que constantemente están buscando alternativas para encausar su responsabilidad social corporativa hacia la mejora del medio ambiente.

El segundo reto estructural está vinculado a la polarización social por las consecuencias de la situación económica mundial. Aquí es importante hacer mención especial al caso de América Latina, que se enfrenta a una segunda década perdida por el bajo nivel de crecimiento de la economía regional y por el riesgo que representa una nueva crisis de la deuda pública.

El informe del Foro Económico Mundial señala la información errónea o desinformación como el principal riesgo actual, sobre todo si tomamos en cuenta que el 2024 será el año con más procesos electorales de la historia de la humanidad y que estos están amenazados por los fake news y otros fenómenos que pueden debilitar la legitimidad de nuevos gobiernos, como hemos visto en varios países de América Latina recientemente.

Sobre este tema en particular, los líderes mundiales y los principales espacios de colaboración institucional, deben prestarse para una discusión amplia y profunda que resulte en el diseño de normativas eficientes, que equilibren el respeto a la libertad de expresión y la protección de la intimidad, el honor y los datos de las personas, y que sancione el abuso de las redes sociales y de las tecnologías.

Por otro lado, como es normal, hay riesgos económicos para el planeta. La crisis del costo de la vida es una gran preocupación en este 2024 y la falta de oportunidades económicas genera un sentimiento de “fin del desarrollo”, que puede generar inestabilidad y preocupación en muchos países, cambiando las dinámicas sociales y ampliando las brechas que ya existen.

Finalmente, el riesgo más urgente para la humanidad se desprende de las tensiones geopolíticas actuales, especialmente por los conflictos armados interestatales como el de Ucrania y Rusia, el de Israel y Hamás o el de Venezuela y Guyana. De acuerdo con el informe, dos tercios de los encuestados prevén un orden multipolar o fragmentado. La realidad es que enfrentamos sucesos que pudieran convertirse en una conflagración mundial, si no contamos con espacios regionales y mundiales de cooperación y colaboración que sirvan para enfrentar los riesgos globales.

Listín Diario

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