La hipocresía climática o cómo retrasar decisiones vitales para reducir el calentamiento global

Lourdes Uquillas

Madrid 31 agosto.- Los científicos llevan advirtiendo desde hace décadas sobre los impactos del cambio climático y sobre el aumento de la frecuencia y virulencia con la que se producen y que ya afectan a todo el planeta. Sin embargo, la “hipocresía climática” ha provocado un retraso en la toma de decisiones para reducir los gases causantes del calentamiento.

Dependencia de los combustibles fósiles

La crisis energética, provocada por la dependencia de los combustibles fósiles responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) causantes del calentamiento global, y acentuada por la guerra en Ucrania, no ha hecho más que incrementar esa hipocresía climática en un año de evaluación del Acuerdo de París.

Porque en la próxima Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se realizará en Dubái (COP28) a final de este año, los países ratificantes del Acuerdo de París deberán anunciar sus compromisos determinados nacionales (NDC, por sus siglas en inglés).

Los NDC deben recoger las acciones que cada país está desarrollando para limitar el incremento de la temperatura global a 1,5 grados, como recoge el Acuerdo de París y recomiendan los científicos del Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC), unas actuaciones que además tendrán que acelerarse en esta década.

Falta de compromiso para la reducción de emisiones

No obstante, a lo largo del año, a pesar de las diversas exigencias por parte de ongs y ciudadanos, en diferentes foros la falta de acuerdo sobre la reducción de gases GEI mantiene la situación de emergencia climática, con olas de calor asfixiantes, sequías, altas precipitaciones, inundaciones, deshielo de glaciares y elevación del nivel del mar.

Cartel iluminado de la reunión del G20 en India. EFE/EPA/RAJAT GUPTA

Es el caso de los gobernantes reunidos en la última convocatoria del G20 realizada en la ciudad india de Chennai, donde a pesar de anuncios como los de Canadá sobre la reducción de ciertos subsidios a los combustibles fósiles y China reivindicando su posición a favor de la reducción de emisiones, los resultados no fueron satisfactorios.

Y así lo expresó el presidente de la COP28, Sultan Al Jaber, quien alertó sobre la falta de acuerdo para triplicar la producción de energía con renovables para 2030 entre los países del G20, a pesar de ser los responsables del 80 % de las emisiones de gases GEI para mantener el nivel del 85 % del Producto Interno Bruto (PIB) en el mundo.

Al Jaber, que lleva una intensa agenda política y económica de cara a obtener un resultado positivo en la reunión de Dubái, alertó a los ministros de medioambiente y clima del G20 sobre la necesidad de “duplicar la financiación para la adaptación” con miras al 2025, pero con la mirada puesta a una solución a la discusión de fondos para pérdidas y daños.

Una vez más primaron los intereses de los países desarrollados y de las multinacionales dedicadas a la extracción de combustibles fósiles y producción de energía.

Lo mismo sucede con los países de la OPEP, productores de petróleo, que en sus últimas previsiones elevaron la producción ante una “mayor demanda” por parte de la economía China, que ha llevado a la organización a hacer una revisión al alza ante la previsión del aumento de la demanda en 2,4 millones de barriles diarios (mbd) para este año.

China, el mayor importador de petróleo del mundo, según la OPEP, se ha comprometido a una reducción de emisiones para 2060, diez años más tarde que el resto de países.

Según la OPEP, la demanda aumentará en los países más desarrollados este año hasta los 46 mbd y 62.000 barriles diarios, contrariamente a lo que dice la Agencia Internacional de la Energía que afirma que bajará ante la bajada de la producción industrial en Europa.

Incremento de las ventas de armamento

Con la guerra de Ucrania de telón de fondo, las negociaciones internacionales no han hecho más que intensificar las reuniones, pero de ninguna sale un verdadero compromiso de reducir las emisiones, más bien, se intensifica la venta de armamento no solo para este conflicto con Rusia, sino para los más de 60 actuales en el mundo.

Entre los últimos anuncios de esta semana, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski logró en su reciente gira europea más apoyos y armamento, cuyo monto es difícil de calcular, y de cuyas consecuencias para el medioambiente poco se habla.

Esta misma semana Estados Unidos aprobó la posible venta de aviones cazas F-16 y sistemas de rastreo infrarrojo a Taiwán valorados en unos 500 millones de dólares o la construcción de drones por parte de Irán, con un radio de acción de 2.000 kilómetros y un día de capacidad de vuelo.

La “hipocresía” de los países ricos

El economista francés, Thomas Porcher, aseguró a EFE que en las cumbres del clima aflora la “hipocresía” de los países más ricos, de las empresas petroleras y financieras que “explotan o financian la extracción de recursos naturales en países de África o Latinoamérica para su beneficio, pero van a dar lecciones de moral en esos lugares”.

Porcher califica la situación actual como “grave” y asegura que el mundo atraviesa una década de crisis: la financiera de 2008, la de la zona euro en 2010, la del covid y, hoy en día, la de la guerra en Ucrania que ha generado la crisis energética y la inflación, y la crisis ecológica que se producirá”.

Petición a la Comisión Europea para elevar la ambición climática

Las organizaciones climáticas CAN Europe y Global Legal Action Networg (GLAN) han exigido a la Comisión Europea que eleve la ambición climática con mayores objetivos de reducción de emisiones durante esta década, porque consideran que los términos actuales “se desvían de manera alarmante” de los objetivos del Acuerdo de París. EFEverde

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