La historia y sus aristas inefables

Tony Raful

Quiero agregar a las anotaciones de los amigos Pelegrin y Vinicio Castillo, sobre la noche incierta del 16 de mayo de 1978, algunos datos  concurrentes. Esa noche el conteo a nivel nacional en las zonas urbanas y en el Distrito Nacional arrojaba que el PRD había barrido la candidatura del Dr. Balaguer. Faltaban datos de la votación en los campos, pero los primeros cómputos a boca de urnas que llegaron revelaban que la votación en los  campos había sido masiva en favor de Don Antonio Guzmán. Esto produjo  el asalto a la Junta Central Electoral por una patrulla militar que sumió al país en una incertidumbre absoluta.  El Doctor Marino Vinicio Castillo ha relatado con precisión su visita a la casa del Dr. Balaguer esa noche. En ese sentido, su preocupación   al interrumpirse  los conteos, lo llevó a  despertar a Balaguer a esas altas horas de la noche. Tengo entendido que el Dr. Balaguer preguntó por los cómputos iniciales,  y el Dr. Castillo le informó que el  PRD estaba ganado en la mayoría de los centros urbanos, y que, constituía  un peligro para la institucionalidad la interrupción de los conteos por parte de militares, advirtiéndole que el país entraría en una crisis de proporciones impredecibles. La iniciativa, según los datos,  y yo, como testigo vivo, porque acompañaba a Peña Gómez junto a otros dirigentes del PRD, fue que se trató de una decisión que había partido entre otros militares del General  Neit Rafael Nivar Seijas, que por cierto era amigo fraterno de Peña.  Este dato se corrobora en el hecho de que en las primeras horas del 17 de mayo, vehículos y camiones llenos de agentes policiales habían salido de la Jefatura policial, enarbolando banderas  coloradas por las calles desiertas de la capital, proclamando la victoria del Dr. Balaguer. El tranque se originó, cuando  para sorpresa de muchos, el alto mando  militar encabezado por el General Enrique Pérez y Pérez, plantea en una reunión efectuada en esa primeras horas del 17 de mayo, en la  Secretaría de las Fuerzas Armadas, el respeto a  los resultados y en consecuencia  el apoyo a la victoria del PRD, dato inaudito tratándose de un militar recio al que se le imputaba  una lealtad absoluta al  Dr. Balaguer. Ese era el cuadro  de crisis el 17 de mayo, mientras el Dr. Balaguer permanecía mudo, y  la Junta  había cesado el proceso de los cómputos. A esto debemos sumar, la enérgica posición del Presidente Carter de los Estados Unidos, demandando el respeto al debido proceso electoral en la República Dominicana. Todo esto tomando en cuenta el desdén con el cual el Presidente Balaguer  dejó esperando durante casi 4 horas en un banquillo de su casa, al embajador norteamericano  de entonces, quien fue a pedir el respeto a los resultados electorales. El Presidente Balaguer mantuvo a la población en  vilo  durante varios días, hasta que  denunció que estaba  siendo avasallado por miles de telegramas y presiones de todas partes del mundo pidiendo el respeto a la voluntad popular.  La Internacional Socialista movió el mundo entero.  Corroborando la importante gestión del Dr. Castillo aquella madrugada como contribución al proceso institucional, me permito añadir otras iniciativas que confluyeron en detener  la aviesa mano uniformada que perpetró el atentado a la institucionalidad democrática.

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