La joven ecologista que planta cara a Macron ahora llama a votar por él

París, 21 abr (EFE).- A sus 23 años, Camille Étienne se ha convertido en uno de los rostros más conocidos del activismo ecologista en Francia, donde ahora moviliza a sus seguidores para votar a Emmanuel Macron y frenar a la extrema derecha pese a creer que lo del presidente saliente es puro «ecopostureo».

«Con él solo hay grandes frases para dar la imagen de que hace algo, pero mientras más miramos más nos damos cuenta de que su discurso ecologista está vacío», asegura la joven en una entrevista con EFE, a pocos días de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en las que se enfrentan el liberal Macron y la ultraderechista Marine Le Pen.

Estos últimos días, las redes sociales de Étienne (Saboya, 1998), donde tiene cerca de 130.000 seguidores, son un hervidero político.

La decepción de no ver clasificado para la segunda vuelta a ninguno de los dos partidos que, en su opinión, tenían un programa ecológico pertinente, reinó en la noche de la primera vuelta.

Pero, en cuestión de horas, transformó esa tristeza en un motor para organizar a todos los jóvenes que le escribían decididos, tras la derrota, a militar en el activismo.

«En pocos días nos encontramos con un grupo con más de 3.700 personas creando un montón de grupos locales, pistas de actuación o acciones de desobediencia civil», cuenta la activista, descrita en la prensa francesa como la Greta Thunberg francesa.

Como Thunberg, Étienne está acostumbrada a intervenir ante el Parlamento Europeo, a hablar con diputados, a debatir en las televisiones y radios e incluso a llevar la contraria a los empresarios y a la patronal en encuentros a los que ha sido invitada y donde la han recibido con burlas, risas y condescendencia por abogar por el decrecimiento.

«Mi audiencia se ha multiplicado, así que esa actitud es mi día a día. Al mismo tiempo, siento más bien pena por esa gente que vive en el rechazo. Es como pasar un duelo, primero vives en la negación, luego en el escepticismo, después una rabia que se transforma en ansiedad y solo después de eso puedes actuar», explica Étienne.

Esa ecoansiedad que la estudiante, diplomada en Historia y estudiante de Ciencias Políticas en Sciences Po lleva años experimentando, fue lo que la llevó a dejar atrás la carne y el pescado, abandonar el avión, dejar de comprar ropa o priorizar el transporte público.

«Lo que da ecoansiedad es la disonancia cognitiva: pensar una cosa y hacer otra. Informarse, leer, enfrentar el problema y tener el valor y la lucidez de actuar es lo mejor que se puede hacer», señala.

VOTAR POR LE PEN PARA ACABAR CON EL SISTEMA

Nieta de agricultores, hija de un guía de montaña y de una exdeportista de «snowboard», Étienne está acostumbrada a justificarse ante quienes reducen su combate a una lucha de privilegiados: «Precisamente porque soy una privilegiada tengo una mayor responsabilidad y debo actuar», defiende.

«El movimiento ecologista tiene mucho trabajo por delante para ser más inclusivo, pero hay numerosas iniciativas en barrios populares de las que no se habla», asegura.

Su privilegio fue también crecer cerca de las montañas y aprender de la naturaleza. Cuando llegó a París, se sorprendió al saber que sus compañeros de clase, expertos en geopolítica, no sabían siquiera cómo plantar una zanahoria.

Ahí empezó su combate, convencida de que es la humildad y la reconexión con la naturaleza la que puede salvarnos de la catástrofe climática.

Cuenta que en los últimos días, muchas personas que se definen de izquierdas o ecologistas le han escrito mostrando su intención de votar a Le Pen como solución antisistema.

«Que haya gente a la izquierda dispuesta a darle su voto me da mucho miedo. He pasado cinco años peleando con Macron y creo que voy a tener que hacerlo otros cinco años», opina. «Claro que votar por Le Pen cambia radicalmente las cosas, pero cuando uno es blanco y privilegiado debe pensar en votar por los demás, no solo por sí mismo», insiste.

Étienne ha dicho abiertamente a sus miles de seguidores que votará a Macron, pero no se siente capaz de dar una consigna de voto. Estos días difunde ilustraciones, gráficos e ideas sobre por qué es importante no votar a Le Pen, quien ha anunciado que acabará con los generadores eólicos, relanzará la energía nuclear y levantará las prohibiciones de pesticidas.

«La izquierda ha sido la primera opción en ultramar, en los barrios populares. Macron se ha dado cuenta de que es importante tener una estrategia ecológica y buscar votos a la izquierda con medidas de esos partidos. El problema es que ha hecho tantas falsas promesas que nos cuesta creerlo», lamenta.

María D. Valderrama

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