La nueva provincia

Por FRANKLIN BÁEZ BRUGAL 

La Cámara de Diputados convirtió en Ley el proyecto de creación de una nueva provincia, Matías Ramón Mella, declarándolo de urgencia. No entiendo el interés ni la prisa de los «honorables» legisladores por crear esta nueva entelequia, que no resolverá ninguno de los problemas que tienen las demarcaciones que constituirían  la provincia que se propone crear.

La República Dominicana es un pequeño país de casi 48,000 kilómetros cuadrados de extensión. Su territorio se ha dividido en 32 provincias en una atomización carente de sentido, teniendo algunas de ellas poquísimos habitantes y un desarrollo económico nulo. Pero lo que ninguna deja de tener es un senador, varios diputados, alcaldes y una buena cantidad de regidores. La existencia de estos funcionarios pagados por el Estado no ha modificado la vida de esas comunidades ni el triste destino de sus habitantes.

Países inmensos como China, Canadá, Brasil, Rusia, Australia, Argentina, por solo mencionar algunos, tienen una división territorial opuesta a lo que se ha hecho en nuestro país  y no creo que esto les haya causado problema alguno;  todo lo contrario, la eficiencia de sus instituciones es muchísimo mayor que las nuestras. Y aquí nos hemos empecinado en dividir el país en pequeños trocitos.

Creo que las instituciones que tienen a su cargo responsabilidades importantes, como el Congreso Nacional, están obligadas a cumplir su rol con eficiencia y responsabilidad. En este caso, legislar para beneficio del país y no de intereses particulares y parcelas políticas. Cuando esto ocurre, la sociedad con derecho cuestiona sus actuaciones y los cuestionados pierden credibilidad. El poder Legislativo contribuye a su descrédito cuando convierte en Ley iniciativas que lesionan  los intereses de la nación y distorsionan la correcta división territorial, ya de por sí hipertrofiada con una proliferación de provincias que no se corresponde con el tamaño de nuestro país.

Es oportuno señalar que la división de un territorio no es un simple hecho que se deja de la mano de un agrimensor. Este es un acto más complejo en el que se deben tomar en cuenta no solo la dimensión del terreno; también es importante la viabilidad económica y social de lo que se propone pues esta Ley, si se aprueba, afectará tanto al país como a los habitantes de la región afectada.

Los legisladores frecuentemente se quejan por la negativa opinión que gran parte de la población tiene de ellos, pero esta no es más que producto de sus cuestionables actuaciones y privilegios. Creo que deben existir muchos asuntos importantes pendientes de conocimiento en la Cámara como para perder el tiempo creando al vapor una nueva provincia.

Para terminar comparto con los lectores algo dicho por Cicerón hace más de dos mil años: » El presupuesto  debe equilibrarse, el tesoro debe ser  reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada y la ayuda a otros países debe eliminarse para que Roma no vaya a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa del Estado

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