La otra cara de las pensiones

Emelyn Baldera

En la pasada semana, el Poder Ejecutivo informó que varias figuras del arte nacional fueron beneficiadas con pensiones y que a otras les mejoraron los montos asignados por medio de esta concesión que establece desde su inicio la Ley 87-01.

Esta prerrogativa tiene como fin principal auxiliar al beneficiado ante la pérdida o reducción del ingreso por vejez, fallecimiento, discapacidad, cesantía en edad avanzada y sobrevivencia.
Las críticas de algunos sectores no se hicieron esperar, sobre el argumento de que muchos de los artistas agraciados no necesitaban estas pensiones.

Entre los beneficiados del grupo más reciente está incluida la viuda del legendario merenguero Johnny Ventura, Vickiana y Cuco Valoy. En el año 2020, el veterano artista y ex director del Teatro Nacional, Niní Cáffaro, también recibió una pensión, no por su admirable trayectoria en el arte, sino por sus más de 29 años de trabajo en el sector público.

En Perú, Eduardo Marcos Rueda, abogado y especialista en Seguridad Social, quien además fue Director Nacional de Pensiones de dicho país, en el análisis “La protección social de los artistas en el Perú”, establece como dato interesante a destacar la recomendación relativa a la condición del artista, aprobada en Belgrado el 27 de octubre de 1980 por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (Unesco) en el que “se invita a los Estados miembros a que se esfuercen por dispensar a los artistas asalariados o independientes la misma protección social que habitualmente se concede a otras categorías de trabajadores asalariados o independientes”.

Los artistas, por encima de sus talentos, son ciudadanos que deben disfrutar de los mismos derechos que tenemos todos.
Otorgar pensiones a personas de este sector no es una mala práctica, atendiendo a que son ellos embajadores naturales de la dominicanidad y de su mano, es la Patria que viaja.

Valoramos las pensiones y el que el presidente Luis Abinader esté poniendo el ojo en el sector del arte, cuando por mucho tiempo ha sido abandonado a la suerte y considerado únicamente en tiempo de campaña electoral.

Ojalá que sigan llegando más pensiones a beneficio de músicos, intérpretes, teatristas, bailarines, folkloristas, pero es imperativo que sea tomada en cuenta la clase artística que deja huellas imperecederas y positivas, que con sus aportes enriquece lo mejor del arte y la cultura de República Dominicana.

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