La pandemia nos cambió la vida y nuestra idea de hogar, dice Santiago Bernal

Miami, 17 nov (EFE).- La pandemia cambió nuestra forma de vivir y nos obligó a repensar nuestras casas para abrirlas a lo que promueve el «bienestar y la armonía» y cerrarlas a los espacios que son «solo bonitos o elegantes», dice el reconocido diseñador Santiago Bernal, con más de 20 años de carrera internacional.

«El uso del espacio tiene mucha más importancia que antes, cuando principalmente estábamos en casa solo por la noche o a determinadas horas de algunos días de la semana», subraya Bernal en una entrevista con Efe realizada en su estudio de Miami.

Las casas de conocidas estrellas del mundo del espectáculo, políticos y empresarios de su natal Colombia, otros países de América Latina, Estados Unidos, Europa y países del Golfo Pérsico llevan la firma de Bernal, quien explica que la pandemia de la covid-19 nos ha dejado la necesidad generalizada de «rediseñar y reacondicionar los espacios».

El cine y la televisión han contribuido a dar a conocer y valorar el interiorismo, subraya Bernal, quien está ilusionado por su próxima incursión en el mundo de los populares programas televisivos que muestran cómo se cambia totalmente un espacio habitacional, con una propuesta innovadora que incluye un «duelo» entre diseñadores.

REDISEÑAR EL «PARAÍSO»

En una enorme propiedad del estado de Nueva York podrá aplicar sus ideas sobre el nuevo hábitat humano. Mostrar las imágenes del «antes» y el «después» que, sin necesidad de más explicaciones, dejan sin palabras a los incrédulos del interiorismo.

En el mundo post-pandemia nuestros «paraísos» particulares, ya sean apartamentos o mansiones y pisos de lujo como los que poseen los clientes de Bernal, de los que no puede hablar por las cláusulas de confidencialidad de sus contratos, tienen que contar ahora con espacios para estudiar, trabajar o hacer ejercicio.

Biombos, paravanes, mamparas o paredes y puertas correderas, todo lo que hace posible dividir los espacios temporales y crear rincones, son elementos en auge en el diseño de interiores post-pandemia, explica.

También lo son los materiales anti-bacteriales, como el latón, el cobre, el bronce, el bambú o la madera de roble, que permiten contar con superficies que alejan el peligro del contagio y satisfacen el deseo de «espacios sanos».

Radicado en Estados Unidos desde hace más de dos décadas, Bernal menciona que otra de las tendencias actuales en decoración es traer elementos del exterior al interior de las casas.

Puede hacerse de manera real, con plantas o rocas, por ejemplo, o simplemente mediante una evocación de los elementos de la naturaleza con cuadros, fotografías, telas, papeles u objetos, para beneficiarse de la «paz y el bienestar» que nos brindan.

Son los llamados elementos biofílicos, una tendencia presente antes de la pandemia pero acentuada después de un año de encierros y cuarentenas. Los materiales naturales, como la lana, el algodón, la madera o las piedras, y una luz de calidad son valores en alza.

«De ahora en adelante el bienestar, la salud física y mental y el respeto por la naturaleza y el medio ambiente va a tener en nuestro trabajo más relevancia y una voz más poderosa», escribió Bernal en un texto en el que explica el vuelco que la pandemia le ha dado a su trabajo.

PSICÓLOGOS Y DIRECTORES ESTÉTICOS

El diseñador es alguien que tiene un conocimiento de sus clientes que podría definirse como «íntimo», subraya Bernal.

Por su trabajo sabe si un matrimonio duerme junto o separado, si en una familia le dan importancia a la comida o incluso si el dueño de casa pasa tiempo en el baño y cómo se entretiene allí, relata sin desvelar los secretos de sus clientes.

Bernal agrega que el diseñador también tiene que ejercer como «psicólogo», aconsejar y escuchar mucho a quienes ponen en sus manos algo tan importante como el diseño de su hogar y también respetar sus gustos y adaptarse a sus creencias religiosas.

A preguntas de Efe, dice que el interiorismo ha cambiado «muchísimo» en los últimos años y hoy en día el «tirano» que «dictaba normas» sin preocuparse por entender a su cliente es inconcebible.

«Nos hemos convertido mucho más en directores de la parte estética y funcional», subraya.

En parte es así porque los consumidores de hoy en día están mucho más formados y educados que cuando Bernal comenzó su carrera.

Con ilusión muestra las imágenes de una propiedad compuesta por múltiples edificaciones, incluida una mansión construida en los años 40, de 740 metros cuadrados y estilo inglés, en un terreno de 80 hectáreas en el valle del río Hudson en el estado de Nueva York.

Los nuevos propietarios le han encargado su rehabilitación y le han autorizado a hacer un «reality» en el que Bernal y la diseñadora Deborah DiMare intervendrán la mansión, los establos, las casas de huéspedes y el exterior contando con la opinión del público.

«Será un proyecto con claros lineamientos de sostenibilidad y protección de las riquezas naturales», dice Bernal.

Cuando se le pregunta por la mayor fuente de inspiración para sus diseños subraya que hay muchas, entre ellas el arte, el cine y la historia, pero en su caso cuentan mucho los grandes diseñadores de modas.

«Si uno ve las pasarelas de París a Milán encuentra que estos diseñadores de alta costura tienen una serie de estructuras que cambian, los botones, los herrajes, las costuras, los cuellos, los terciopelos (…) uno o dos años después uno va a verlos adaptados al diseño de interiores», concluye.

Ana Mengotti

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