«La patria de un escritor es la lengua», dice el poeta peruano Cillóniz

Alicante (España), 12 mar (EFE).- El poeta peruano Antonio Cillóniz piensa que «la patria de un escritor es la lengua» y considera que el literato es también «un intelectual» y, como tal, debería «transmitir» con su obra un mensaje que «levante el espíritu crítico» en la sociedad, «lo haga para un sector o para otro».

«A mí España no me considera un poeta español», sino «un poeta peruano», lo que supone «un error» porque «la patria de un escritor es la lengua», profundiza en una entrevista con EFE en su casa de San Vicente del Raspeig (Alicante, este español).

Pero eso no sucede, por ejemplo, en Francia «cuando se hace una antología de la poesía francesa», que incluye también a autores vinculados a la cultura de ese país con independencia del lugar de origen, según explica.

Cillóniz (Lima, 1944) es titulado en Filología Románica y en Historia Moderna y Contemporánea. Reside en España desde 1974, cuando marchó de su país por motivos políticos.

Es Premio Poeta Joven del Perú (1970), Premio Extraordinario de Poesía Iberoamericana (1985), Premio César Vallejo (1999) y Premio Nacional de Literatura del Perú (2019). Su obra ha sido traducida al inglés, francés, italiano y árabe.

Recientemente ha publicado «República de bárbaros», que contiene dos poemarios: «Burros a lomos de asnos», que trata sobre las revueltas sangrientas iniciadas en diciembre pasado en Perú, y «Cámara oscura», que desgrana una visión de la guerra de Ucrania.

Considera que la invasión rusa constituye una «violación» del Derecho Internacional. «Cada pueblo debe crear su destino y hay que respetar la soberanía de cada nación», aduce Cillóniz.

Sospecha que Putin ha dado «un salto adelante» con su resolución de desencadenar este conflicto armado porque «se veía mal políticamente».

PERÚ, UN PAÍS DE DESIGUALDADES

En cuanto a los acontecimientos del Perú, el poeta indica que existe el componente de la «depresión económica y social» de la población andina, un problema que se arrastra desde hace tiempo en un país donde «no hay una redistribución de la riqueza».

Y eso a pesar de que ha «tenido últimamente un crecimiento económico enorme», con «un promedio del 7 %», un porcentaje que ha llegado algunos años al 13 %, según señala.

Según Cillóniz, las protestas se han desarrollado también en un contexto que define como «guerra civil política» entre los ‘fujimoristas’ y sus detractores.

El enfrentamiento ha dividido al país y se ha acentuado tras el fallido autogolpe de Estado del expresidente Pedro Castillo el 7 de diciembre pasado (ganó en las elecciones de 2021 a su contrincante, Keiko Fujimori).

La democracia no se afianza en algunos países latinoamericanos por «la falta de engranaje, de coordinación entre la economía, la sociedad y la política», según este poeta marcado por el exilio.

Cillóniz muestra una rotunda oposición al neoliberalismo -«No se lo recomiendo ni a Suecia», dice con ironía- y también a la lucha armada.

SUS REFERENTES, LOS CLÁSICOS ESPAÑOLES

Las principales referencias literarias españolas de este catedrático de Lengua y Literatura, ya jubilado, arrancan con la poesía de Romancero y la de Cancionero, las Coplas de Manrique y el Cantar del Mío Cid, pasando por Cervantes, Lope de Vega, Góngora, Quevedo y Calderón de la Barca.

De los más contemporáneos, cita a Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y los autores de la Generación del 27, sobre todo Federico García Lorca.

Sobre la poesía de César Vallejo, uno de los más representativos escritores peruanos, Cillóniz encuentra semejanzas entre su obra «España, aparta de mí este cáliz» y el «Poeta en Nueva York» de García Lorca, al coincidir ambos en una actitud de denuncia social.

«Soy partidario de la justicia social y de una redistribución de la riqueza, no de la caridad», incide el poeta.

Eso, aclara, no es marxismo ni comunismo. «Está en los Evangelios. Lo que pasa es que la Iglesia se ha vuelto católica, pero no cristiana», sentencia.

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