La peligrosa obsesión de Claude Joseph con República Dominicana

Por ALFREDO DE LA CRUZ 

Pareciera ser que entre República Dominicana y Haití no habrá sosiego nunca pues cuando no es un tema es el otro y en los últimos tiempos asistimos a una cuasi obsesión del político haitiano Claude Joseph de opinar de manera confrontativa, tremendista y fatalista de temas no solo de la agenda bilateral de ambos Estados sino inclusive de la política interna dominicana.

Lo que hemos visto en diversas situaciones como en marzo pasado cuando a raíz de la paralización, por el malestar generado, de la construcción de un canal de riego que desviaría las aguas del rio Masacre en la frontera domínico-haitiana hacia la ciudad haitiana de Juana Méndez el señor Claude Joseph aseveró que se buscaba borrar el legado histórico del fenecido presidente haitiano Jovenel Moise que precisamente el pasado 7 julio se cumplió un año de su muerte.

Mas adelante Claude Joseph declaró que los inmigrantes haitianos eran maltratados por los soldados dominicanos y de un presunto antihaitianismo inaceptable en nuestro país. Pero además recordamos que en noviembre del año pasado el primer ministro de Haití Ariel Henry le destituyó como ministro tras varias disputas diplomáticas con República Dominicana. Ahora en el más reciente episodio de este culebrón el presidente Luis Abinader prohibió la entrada al territorio dominicano de Claude Joseph, y otros ciudadanos haitianos presuntos líderes de bandas criminales de aquel país.

¿Pero quién es Claude Joseph y que es lo que lo lleva a esta actuación confrontativa con la República Dominicana? Joseph es un político haitiano que tiene un doctorado en políticas públicas de una universidad de Nueva York en Estados Unidos donde fue profesor en la Universidad de Connecticut y la Universidad de Long Island. Desempeñó funciones diplomáticas para su país en Argentina y España. También fue ministro de Asuntos Exteriores y primer ministro interino. El tipo es una hormiguita trabajando y ha subido los más altos niveles en la política haitiana con fuertes aspiraciones de llegar a ser presidente de Haití. Para esto tiene una estrategia funcional, recurrir al cliché del presunto racismo y xenofobia de República Dominicana.

Joseph tiene muchos seguidores en Haití y en la comunidad de haitianos en República Dominicana es idolatrado por su estilo combativo contra la supuesta discriminación contra los haitianos por parte del gobierno dominicano. Algo que el parece azuzar con declaraciones incendiarias contra la política migratoria dominicana respecto de los haitianos indocumentados generando ira en las autoridades nacionales y amplios sectores de la sociedad dominicana.

¿Pero, tiene el presidente Luis Abinader facultad para prohibir la entrada de Claude Joseph? Miren esta es una decisión que puede tener grandes implicaciones sobre todo en las relaciones bilaterales de Haití y República Dominicana y más adelante volveremos sobre este punto. La constitución política dominicana en su artículo 128, en las atribuciones del presidente de la república, le permite al presidente dominicano decidir sobre esto sin previa consulta con otro poder del Estado cuando él lo entienda conveniente, específicamente en el inciso “l” que dice: “prohibir, cuando resulte conveniente al interés público, la entrada de extranjeros al territorio nacional”.

La cuestión es que con el tema haitiano República Dominicana siempre ha salido golpeada cuando este tema ha surgido en los foros internacionales. Aunque, por primera vez pareciera haber algún tipo de criterio en una administración de gobierno, en este caso la del presidente Luis Abinader, para afrontar esa cruda realidad. El problema aquí es que Claude Joseph como vimos es un hombre con mucha experiencia de Estado y preparación y no puede ni debe ser subestimado.

Tiene fuertes vínculos con sectores de mucho poder en Haití que se sindican como financistas de las bandas criminales, pero además podría tener apoyo de los países amigos de Haití: Estados Unidos, Canadá y Francia. Eso entre otros factores, lo colocan con amplias posibilidades de asumir el poder allí en Haití en el mediano plazo. Aunque habría que ver dónde quedan Jimmy Cherizier alias Barbecue líder de la asociación de bandas criminales G9 o Wilson Joseph alias Lanmo San Jou, de la banda 400 Mawozo.

Definitivamente Claude Joseph no va a resolver la crisis haitiana porque esta es multifactorial y la solución conlleva que esa crisis sea asumida por la Comunidad Internacional, pero con un esquema novedoso por parte de Naciones Unidas que, si bien anteriormente ha fracasado allí (es más actualmente fracasa allí) es la única institución que puede contribuir a pacificar e institucionalizar aquel país y lograr la ayuda financiera internacional necesaria para ello.

Por otro lado, República Dominicana tiene que estar en alerta máxima ante lo que ocurre en Haití, pero tiene que ser muy cauta. Cualquier actuación que deteriore aún más la situación en Haití podría llevar a una guerra civil, lo que arrojaría decenas de miles de haitianos a cruzar la frontera en condición de refugiados buscando protección, lo que nos llevaría de un problema de tipo económico a uno de tipo humanitario. En tales condiciones, es muy probable entonces que organismos internacionales pudieran exigirnos proteger a esas gentes lo que nos llevaría a una crisis de características impredecibles, pues ya hemos visto que ni siquiera Europa ha podido soportar algo así con los flujos migratorios de África, Asia y Medio Oriente. A lo que ahora se le han sumado las presiones migratorias desde Ucrania allí en la misma Europa.

Ya aquí empiezan a buscarse coincidencias entre las declaraciones de funcionarios como el ministro Pavel Isa Contreras y el discurso de Claude Joseph que podrían ser ciertas o falsas, pero es necesario ser cuidadosos para evitar posibles contra discursos y rotura de la cohesión interna necesaria en estos temas y situaciones, sobre todo desde el propio gobierno. De manera que con Claude Joseph hay que ser bien claros y contundentes, pero saber cómo se hecha el pleito para no caer de manera precipitada debajo de las patas de los caballos

Publicado originalmente en Acento

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