La popularidad de Gustavo Petro se desploma según la encuesta Invamer

Bogotá, Colombia, 14 de diciembre – La figura del presidente de Colombia, Gustavo Petro, enfrenta su peor momento en términos de popularidad, según revela la más reciente encuesta de Invamer. El llamado «Gobierno del cambio» ha experimentado una caída abrupta en su aprobación por parte del público, situándose en niveles mínimos, mientras el país se sumerge en un clima de pesimismo, según lo reflejado en los resultados de esta encuesta bimensual, que lleva 30 años evaluando la opinión pública.

El 66% de los encuestados desaprueba la gestión presidencial, mientras que solo el 26% la aprueba. Además, por primera vez, un número mayor de personas prefiere poner fin a las negociaciones con el ELN, la primera mesa de diálogo establecida en el marco del proceso de paz.

Gustavo Petro, quien obtuvo su victoria con aproximadamente el 51% de los votos, no había experimentado cifras tan desfavorables desde su llegada al poder. Estas cifras son prácticamente opuestas a las registradas al inicio de su mandato, cuando el 56% de los encuestados aprobaba su gestión naciente, mientras que un 20% la desaprobaba. A pesar de esta baja en su popularidad, no ha llegado a los niveles de desaprobación que tuvo su predecesor, Iván Duque, quien enfrentó una prolongada crisis de aprobación a lo largo de su mandato y culminó su período con un 27% de aprobación frente a un 68% de desaprobación. Por su parte, la vicepresidenta Francia Márquez presenta cifras similares a las de Gustavo Petro, con un 24% de aprobación y un 56% de desaprobación según la encuesta.

La encuesta de Invamer confirma tendencias que ya habían sido observadas en otros sondeos. Se evidencia un desplazamiento hacia la derecha en la opinión colombiana, mientras que el apoyo hacia la izquierda disminuye, a pesar de que el mandato de Petro no ha alcanzado ni siquiera la mitad de su período. Las grandes reformas prometidas en áreas como salud, pensiones y empleo están estancadas en el Congreso, donde el Gobierno enfrenta dificultades para obtener el apoyo necesario. La percepción de inseguridad ha vuelto a aumentar, con un 87% de los encuestados considerando que la situación empeora, mientras que un 80% expresa preocupación por la economía. De manera significativa, el 57% opina que las relaciones internacionales han tomado un rumbo negativo. La educación es una excepción, ya que el 49% cree que la calidad y la cobertura están mejorando.

Los sindicatos, que tienden a respaldar al primer presidente de izquierda en la historia reciente de Colombia, han expresado una opinión desfavorable del 57%, la cifra más alta en los 23 años en que Invamer ha realizado esta pregunta. Mientras tanto, la propuesta de legalizar el cannabis es rechazada por el 63% de los encuestados, con solo un 33% expresando apoyo, la cifra más baja en dos años de seguimiento de esta pregunta. El rechazo a la legalización del tráfico y consumo de drogas en general también ha aumentado al 78%. Gustavo Petro sostiene que la fallida guerra contra las drogas debe ser replanteada desde varios frentes para superar el enfoque prohibicionista adoptado durante la era de Duque. Sin embargo, el 61% de los encuestados no está de acuerdo con suspender la exploración de petróleo y gas, otro de los planteamientos del Gobierno.

El pesimismo también se ha apoderado de los temas relacionados con la paz total, la principal bandera del presidente Petro. El Gobierno tiene la intención de negociar simultáneamente con diversos grupos armados, además de implementar el acuerdo firmado por Juan Manuel Santos con la extinta guerrilla de las FARC. En un incremento notorio, el 74% de los encuestados considera que la implementación del acuerdo va por mal camino, en contraste con un 21% que opina lo contrario, cifras similares a las del Gobierno de Duque, quien fue un crítico ferviente de los acuerdos. Del mismo modo, el 63% piensa ahora que el Gobierno no cumplirá con lo pactado, y el 73% opina que la extinta guerrilla tampoco cumplirá su parte.

Aunque el 56% de los encuestados respalda la idea de continuar con los diálogos con grupos armados hasta lograr acuerdos de paz, en comparación con un 41% que prefiere una solución militar, este respaldo es el más bajo a favor de la política de negociación desde febrero de 2016, antes de la firma con las FARC.

La mayor sorpresa proviene del proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Por primera vez, el porcentaje de encuestados en desacuerdo con continuar las negociaciones (49%) supera a los que prefieren mantener el proceso (47%). El tema del secuestro, uno de los crímenes más crueles y repudiados por la sociedad, ha vuelto a ocupar un lugar relevante en el debate público luego de que la última guerrilla en armas tardara 12 días en responder al clamor nacional para liberar al padre del futbolista Luis Díaz. A pesar de la presión del Gobierno, el ELN se muestra renuente a renunciar al secuestro de civiles, aunque, por otro lado, las disidencias del Estado Mayor Central han anunciado que no volverán a secuestrar en el marco de los diálogos con el Gobierno.

Con datos de El País, de España

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