La pugna por Tesla
Juan Guiliani Cury
En México se desató una pugna que a todas luces tenía ribetes políticos. Y el motivo era la instalación de una planta de carros eléctricos del multibillonario Elon Musk, propietario de Tesla, primer vehículo movido por energía. Fíjese usted amigo lector, hasta donde las pasiones políticas llegan si el país receptor de esa inversión entra en una pugna política donde está involucrado una importante unidad industrial de alta tecnología y generaría divisas y empleos.
Las versiones dan cuenta que finalmente el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, conocido mejor popularmente por el apodo de AMLO y Musk se pusieron de acuerdo La instalación que daría impulso a la creación de cientos de empleos directos e indirectos se establecerá en la norteña ciudad de Monterrey, llamada también el principal polo industrial del país azteca. López Obrador y Musk, según las versiones se pusieron de acuerdo en dar luz verde a la factoría de carros eléctricos en México, la primera en su clase.
La otra alternativa para Musk era Indonesia en el sureste asiático. A raíz de las nuevas negociaciones que desembocaron en el nuevo Tratado de Libre Comercio, entre Estados Unidos, Canadá y México (TECMEX) la administración del expresidente Donald J. Trump ejerció una serie de presiones contra México para modificar ciertas áreas claves que más que todo eran favorable a los intereses mexicanos, desde el antiguo NAFTA, de 1994. Entro estos estaban la de modificar el porcentaje de valor agregado que gozaban la industria automotriz mexicana y cambiarlo más a favor de las empresas norteamericanas instaladas en México en el sector del ensamblaje de vehículos de motor.
El otro cambio que Trump pidió fue elevar los salarios de los trabajadores mexicanos de esta industria y acercarlo a los salarios que ganan los trabajadores norteamericanos del otro lado de la frontera. Trump había criticado esa disparidad y hoy los trabajadores mexicanos del sector automotriz disfrutan de mejores salarios. Con la instalación de esta industria de alta tecnología, gana México y también Estados Unidos, y las economías de ambos.
