La reforma fiscal en su laberinto

Magín J. Díaz

El debate sobre la necesidad y viabilidad de una reforma tributaria que aumente los ingresos del gobierno es un tema central en la agenda económica y política de muchos países, incluyendo el nuestro. Por un lado, los defensores de la reforma argumentan que es esencial con el propósito de garantizar recursos suficientes para reducir la deuda y, además, atender las necesidades de sectores fundamentales como la salud, la seguridad y la infraestructura.

Por otro lado, los críticos señalan que incrementar los impuestos puede ser contraproducente, afectando negativamente el crecimiento económico, desincentivando la inversión privada y complicando el escenario para los contribuyentes ya comprometidos. Este análisis busca explorar los argumentos a favor y en contra de una reforma, considerando los desafíos del contexto actual.

Argumentos en contra

1 El Sector Eléctrico representa unos RD $100,000 millones todos los años, lo que equivale al 40% del déficit fiscal. Hacer una reforma tributaria sin haber resuelto el principal problema fiscal del país carece de sentido. Debería primero resolverse esto primero y con los ahorros conseguidos, se haría innecesario incrementar los tributos.

2 Impacto en el Crecimiento Económico y las Inversiones. Un aumento de impuestos atentaría contra la actividad económica y, lo que es peor, ahuyentará las inversiones privadas. Se debería fomentar la inversión con más incentivos y exenciones.

3 Baja Presión Tributaria. Una baja presión tributaria indica que hay mucho margen para aumentar las recaudaciones sin necesidad de incrementar los impuestos, mediante la lucha contra la evasión y el fraude. Esto hace innecesario gravar más a quienes ya contribuyen.

4 La Informalidad es Muy Alta. Los informales representan más del 55% del mercado laboral, y esta cifra no ha disminuido en los últimos años. El Gobierno debería enfocarse en cobrar a todos esos informales, en vez de pensar en gravar con más impuestos a los formales.

5 La Recaudación va Muy Bien. Los ingresos del Gobierno han superado las estimaciones del Presupuesto. Esto refleja un buen desempeño e invalida la necesidad de una reforma. ¿Por qué reformar si los ingresos consistentemente han estado por encima de las estimaciones? Es algo que no tiene sentido.

Argumentos a favor

1 El Sector Eléctrico representa unos RD$100,000 millones todos los años, lo que equivale a un 40% del déficit fiscal. Dado que este sector consume una parte importante del presupuesto, es necesario aumentar las recaudaciones del Gobierno para atender otros sectores que demandan recursos del Estado.

2 Impacto en el Crecimiento Económico y las Inversiones. La evidencia muestra que, luego de las reformas tributarias realizadas en el pasado, el país afianza su estabilidad macroeconómica, lo que sienta las bases para un alto crecimiento y un aumento de la inversión privada. Algo similar a lo que ocurrió luego de las reformas de 1992 y del 2004.

3 Baja Presión Tributaria. Una baja presión tributaria refleja un sistema agotado que necesita urgentemente una reforma para facilitar la labor de los recaudadores. Esto implicaría inevitablemente poner impuestos a sectores que actualmente no los pagan, una de las causas de la ineficiencia del sistema.

4 La Informalidad es Muy Alta. Existe una confusión común entre informalidad laboral y evasión tributaria. No son lo mismo. De hecho, una gran parte de los informales en el país pagan impuestos debido a la existencia de muchos gravámenes indirectos. Además, muchos no pagan el impuesto sobre la renta porque sus salarios son bajos y están por debajo del umbral de cobro. La solución sería bajar el mínimo exento para ampliar la base de contribuyentes.

5 La Recaudación va Muy Bien. La presión tributaria es similar a la que había antes del COVID, solo marginalmente mayor. Aunque los ingresos han superado lo presupuestado, en términos relativos siguen siendo los mismos. De cualquier forma, los gastos han aumentado aún más y la deuda tiene una trayectoria creciente, por lo que hay que aumentar los impuestos.

La lista de argumentos a favor y en contra puede continuar. Solo he proporcionado un resumen de los puntos más relevantes. Es interesante notar que los argumentos presentados a favor y en contra utilizan los mismos puntos de partida, pero llegan a conclusiones distintas. Esta dualidad refleja la complejidad y las diferentes perspectivas en el debate sobre la reforma tributaria. La pregunta que surge es: ¿Cómo equilibrar estas visiones contrapuestas para encontrar un camino que beneficie al país en su conjunto? La respuesta requiere un análisis cuidadoso y un enfoque prudente que considere tanto las necesidades fiscales del gobierno como el impacto en el crecimiento económico y el bienestar social.

Diario Libre

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