La República Dominicana cumple tres años sin Embajador de EE. UU.

Santo Domingo, 2 de octubre – La República Dominicana se encuentra en la inusual situación de llevar tres años sin contar con un embajador de Estados Unidos asignado a su territorio.

Durante este tiempo, tres encargados de Negocios han asumido el papel de jefes de la legación diplomática, siendo Patricia Aguilera la designación más reciente para este cargo, que Isiah Parnell ocupó hace menos de cinco meses.

La última embajadora estadounidense en la República Dominicana, Robin Bernstein, concluyó sus servicios en el país el 20 de enero de 2021, el mismo día en que el demócrata Joe Biden asumió la presidencia número 46 de Estados Unidos. Desde entonces, solo un nombre ha sido propuesto para la posición.

Calvin Smyre fue anunciado como embajador en República Dominicana en septiembre de 2021, pero a mediados de 2022, Biden cambió de opinión y propuso al diplomático para ocupar la misma posición en Bahamas, una nominación que aún está pendiente de aprobación por parte del Congreso de Estados Unidos.

Actualmente, la posición de embajador estadounidense en territorio dominicano se encuentra en estado «VACANTE» en la página web que rastrea a los embajadores actuales del país norteamericano. El espacio para un diplomático o político designado está en blanco, situación que comparte con solo dos naciones latinoamericanas, Bolivia y Cuba, así como con un puñado de países a nivel mundial, incluyendo a Afganistán, Libia y Siria.

La Embajada de Estados Unidos en la República Dominicana anunció a Patricia Aguilera como su nueva encargada de Negocios y jefa de la misión diplomática durante el fin de semana. Aguilera reemplazó a Isiah Parnell, quien llegó al país en mayo pasado para cubrir la posición que dejó Robert W. Thomas, quien viajó a Estados Unidos para asumir nuevas funciones en el Departamento de Estado de EE. UU.

En julio pasado, Parnell indicó que desconocía la fecha en que se nombraría un nuevo embajador en República Dominicana, pero consideró como una necesidad la presencia de un representante de alto nivel en suelo dominicano. Según sus palabras, «Estoy de acuerdo 100 % en que Estados Unidos necesita tener un representante personal del presidente trabajando aquí como embajador».

Este período sin un embajador en la República Dominicana es uno de los más largos en casi 30 años. La llegada de embajadores de EE. UU. a territorio dominicano ha oscilado entre siete meses y poco más de dos años en ese período.

Bajo los dos mandatos del demócrata Bill Clinton, la República Dominicana contó con dos embajadores de Estados Unidos: Donna J. Hrinak, que sirvió desde 1994 hasta 1997, y Charles T. Manatt, quien ocupó el cargo desde 1999 hasta 2001. Entre el cambio de embajadores, el cargo estuvo vacante durante aproximadamente dos años.

Bajo el primer mandato del republicano George W. Bush, Hans H. Hertell fue nombrado embajador en República Dominicana y presentó sus credenciales el 29 de noviembre de 2001. Ocupó el cargo hasta el 01 de mayo de 2007, cuando fue reemplazado por P. Robert Fannin, que presentó sus credenciales el 13 de diciembre de 2007 y concluyó sus servicios el 20 de enero de 2009. Hubo un lapso de siete meses entre la salida de Hertell y la llegada de Fannin.

El demócrata Barack Obama asumió la presidencia el 20 de enero de 2009, y Raul Yzaguirre llegó como el primer embajador designado para la República Dominicana bajo su mandato el 17 de noviembre de 2010, casi un año y diez meses después de que Obama asumiera el cargo. Yzaguirre dejó el cargo el 29 de mayo de 2013.

James «Wally» Brewster Jr. asumió el cargo de embajador el 9 de diciembre de 2013, casi siete meses después de la partida de Yzaguirre. Brewster concluyó su mandato el 20 de enero de 2017, cuando el republicano Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos.

Robin Bernstein asumió el cargo el 03 de septiembre de 2018, un año y ocho meses después de la llegada de Trump a la Casa Blanca. Actualmente, la República Dominicana lleva dos años y nueve meses sin un embajador estadounidense, una situación que ha llamado la atención en el ámbito diplomático y que plantea interrogantes sobre el futuro de esta relación bilateral.