La telaraña eléctrica

Andrés Dauhajre Hijo

Según la ONE tenemos 3,610,260 hogares, de los cuales, 3,546,116 reciben electricidad. Las EDE indican que sus clientes activos dotados de número identificador de contrato (NIC) ascendían a 2,822,255 (abril, 2025), mientras que los clientes residenciales servidos por empresas que proveen electricidad en sistemas aislados (CEPM, Luz y Fuerza, Costasur, CTS Punta Cana, Cap Cana, CE Bayahibe, Puerto Plata de Electricidad y El Progreso del Limón) alcanzan unos 80,000. En consecuencia, existen 643,861 hogares que consumen electricidad y no reciben facturas de ninguna de las EDE ni de las empresas de sistemas aislados. Estos hogares “reciben” el servicio con tarifa cero, es decir, consumen sin pagar, pues al no tener medidores de consumo, las EDE no les facturan. Esa tarifa no aparece en el pliego tarifario para clientes residenciales (BTS-1 y BTD) de las EDE.

Las tarifas que sí aparecen son la residencial BTS-1 que especifica el cargo fijo y el cargo por kWh de energía consumida para hogares con menos de 10 kW de potencia instalada y la residencial BTD para hogares con más de 10 kW que, en adición a los dos cargos anteriores, añade un cargo por potencia máxima. El cargo por energía dentro de la tarifa residencial (BTS-1) actual, en el caso de Edesur, es de US$0.10 por kWh para los primeros 200 kWh consumidos; US$0.14 para los siguientes kWh entre 201 y 300 kWh; US$0.21 para los siguientes kWh entre 301 y 700 kWh. Los hogares que consumen 701 kWh o más pagan todos los kWh consumidos a US$0.22. Dado que durante ese mes el precio promedio de compra de energía pagado por Edesur a los generadores fue de US$0.16, se observa que la estructura tarifaria vigente en el país incorpora un subsidio cruzado pagado por los que más consumen (701 kWh o más) en beneficio de los que menos consumen (0-700 kWh). El subsidio que perciben los hogares de menor consumo es mayor si se tiene en cuenta que actualmente 542,869 hogares reciben el Bono Luz, un subsidio en forma de transferencia de RD$703 mensuales a la tarjeta Supérate, destinado a hogares de escasos recursos que consumen entre 0-100 kWh al mes.

¿Cuántos hogares se benefician del subsidio en la tarifa (cruzado) y en el consumo (Bono Luz)? 2,024,129 hogares que consumen entre 0 y 200 kWh al mes; 422,817 que consumen entre 201 y 300 kWh y 326,446 hogares que consumen entre 301 y 700 kWh. En total, 2,773,382 clientes activos de las EDE reciben el subsidio consolidado de la tarifa de electricidad y del Bono Luz. En otras palabras, el subsidio beneficia al 98.3% de todos los clientes residenciales acogidos a la tarifa BTS-1. Aquí excluimos a los “clientes” residenciales sin medidores que consumen y no pagan (643,861 hogares) y a los que están registrados como activos por las EDE pero que, por alguna razón, no forman parte de los clientes facturados (173,975 hogares). ¿Cuántos hogares pagan una tarifa de electricidad no subsidiada? Los 48,873 que consumen más de 700 kWh bajo la tarifa BTS-1 y los 12,450 hogares que pagan la tarifa BTD. Si usted crea una empresa que vende su producto a 3,466,166 clientes, de los cuales 643,861 lo reciben gratis y 2,560,982 pagan un precio subsidiado, no pregunte por qué su empresa está quebrada.

Echemos un vistazo a la región. En la tabla anexa presentamos el cargo por energía que enfrentan actualmente los hogares que consumen 300, 500, 700 y 1,000 kWh al mes en América Latina y el Caribe.

Los hogares que consumen 300 kWh al mes en Honduras (US$76.90), Nicaragua (US$68.90), Uruguay (US$63.03), Guatemala (US$59.70), Chile (US$58.61), El Salvador (US$57.60), Costa Rica (US$51.69), Colombia (US$46.38), México (US$46.00), Ecuador (US$44.30), Panamá (US$41.80), Bolivia (US$41.54) y Jamaica (US$38.38) pagan un cargo por energía mayor que el que paga ese hogar en República Dominicana (US$33.95). Si deducimos el aporte del Bono Luz, hay hogares dominicanos que consumen 300 kWh y terminan pagando un cargo efectivo por energía de US$20.32, por debajo de los cargos en Belice, Perú y Brasil. La situación se verifica también para los hogares que consumen 500 kWh, exceptuando los casos de Ecuador, Bolivia y Jamaica. Alguien podría indicar que, en Paraguay, un hogar que consume 300 kWh al mes paga apenas US$15.40 por cargo de energía, mucho menos que los US$20.32 con Bono Luz incluido que paga ese hogar aquí. No olvidemos, sin embargo, que mientras en Paraguay el 100% de la electricidad es generada por hidroeléctricas, aquí es apenas el 6%. Colombia, con 58.1% de generación hidroeléctrica, con un PIB per cápita (US$8,064) muy por debajo del nuestro (US$11,743) y un salario mínimo (US$389) muy próximo al nuestro (US$355), tiene un cargo de energía para hogares de bajos ingresos que consumen 300 kWh (US$46.38) equivalente a 2.3 veces el cargo nuestro con Bono Luz incluido (US$20.32). ¿Cuál es el precio por kWh de energía que las empresas distribuidoras centroamericanas cobran a los hogares que consumen 300 kWh al mes? 25.6 centavos de dólar por kWh en Honduras, 23.0 en Nicaragua, 19.9 en Guatemala, 19.2 en El Salvador y 17.3 en Costa Rica. Pensar que nosotros podemos evitar el colapso de las EDE cobrando apenas 11.3 centavos por dólar o menos por kWh a casi 2.5 millones de clientes activos que consumen 300 kWh o menos es una tomadura de pelo.

¿Resolveríamos el problema reduciendo la magnitud del subsidio en la tarifa? Este subsidio costará este año US$854 millones. Un desmonte gradual hasta su eliminación en un plazo de 4 o 5 años contribuiría a reducir paulatinamente uno de los componentes del déficit de las EDE. Esto requeriría medidas compensatorias para proteger a los hogares de bajos ingresos que no están en condiciones de enfrentar un cargo de energía por kWh en la vecindad de 20 centavos de dólar. Una opción a ponderar sería la ampliación del Bono Luz para proteger a los 708,000 hogares en situación de pobreza (multidimensional) con una transferencia mensual cercana a RD$900 que equivaldría a un subsidio de 75% para los primeros 100 kWh consumidos. Eso implicaría llevar el subsidio focalizado del Bono Luz desde RD$4,358 millones en 2024 a RD$7,646 millones. No olvidemos, sin embargo, que el subsidio en la tarifa eléctrica apenas representa el 49% del déficit de las EDE. El monto restante, US$881.4 millones, se debe a las pérdidas por energía comprada no facturada y facturada no comprada (US$664.7 millones) y al gasto en inversiones (US$216.7 millones). Debemos entender que las pérdidas de energía podrán reducirse si y solo si aumentamos considerablemente las inversiones de las EDE. Ambas operan como vasos comunicantes: para reducir las primeras, deben aumentar las segundas. El año pasado las inversiones de las EDE apenas ascendieron a US$216.7 millones. En el primer cuatrimestre de este año han invertido US$59.6 millones, un ritmo que de mantenerse arrojaría una inversión total de unos US$180 millones en el 2025, apenas el 35% de los US$500 millones anuales que se requerirían en los próximos 2 o 3 años para desmontar a los “clientes de tarifa cero”, es decir, los que reciben la electricidad como si fuese maná del cielo. En consecuencia, no debemos apostar por una reducción sensible del déficit de las EDE en los próximos tres años. Sin embargo, su descenso en el mediano plazo sólo se logrará si adoptamos una política tarifaria sensata, racionalizamos el subsidio focalizado a los hogares que lo requerirían e invertimos casi el triple de lo que las EDE invierten actualmente para reducir sus pérdidas por energía comprada no cobrada.

¿Otra opción? Si, la preferida por los populistas: no hacer nada y seguir endeudando a la nación.

El Caribe

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