La tragedia del Jet Set en el país de la falacia y cueva de los impostores.

Lina Paulino
Periodista y Psicóloga Clínica
Inicio explicándome ante los detractores de todo, quienes precisamente con argumentos erróneos manipulan la mentira y la hacen ver como verdad, ósea que hacen uso de la Falacia, la mayoría de las veces por conveniencia otras por ignorancia.
En Dominicana nada es verdad ni es mentira, todo depende de los intereses envueltos y tu capacidad de influenciar ya sea con palabra o con dinero, estos son los principales motivos por la que nadie creerá que la tragedia ocurrida en Jet set este fatídico martes de abril, encontrará un bálsamo de aliento al luto que vive la nación.
Como una forma de evadir los verdaderos responsables, ya han sentenciado a Dios y al Diablo, y hasta a los haitianos y como toda historia sangrienta que vive la Republica Dominicana a diario, doy casi por seguro que todo concluirá con una sábana de humo que dejará el sabor amargo de la impotencia y ahondara el hueco de la desesperanza.
Puedes llamarme pesimista, puedes considerar que no amo a mi país, puedes decir lo que quieras compatriota impostor que nuevamente te levantas para fingir y engañar con apariencia de piedad, y los dominicanos sabemos que me refiero, a todos aquellos que tienen los medios para confundir, para ocultar, maquillar, y desfigurar el rostro de aquellos otros que sólo pueden arrastrarse en el poco de dignidad que les queda.
Y Mañana adjudicándome la canción del reconocido cantautor cubano, Pablo Milanés, ¨pisaremos las calles nuevamente de lo que es dominicana ensangrentada y en una plaza liberada nos detendremos a llorar por los ausentes¨. Fin de la historia y hasta el próximo capítulo.
Por la envergadura de la tragedia, pero en especial por la clase social allí afectada, algunos albergan la ligera esperanza de que algo ha de suceder y que a partir de este suceso, en RD, como le dicen al otro lado del mundo, el rio desbordado de impunidad, corrupción, delincuencia, negligencia e iniquidad, comenzará a retomar el curso que nunca ha tenido.
Mis expectativas no son tantas, y espero con todo el corazón estar equivocada, porque al final los beneficiados seremos todos, pero mientras tanto, lo mejor que podemos hacer es apelar a la misericordia del altísimo y entregarnos a él para que cuando la muerte nos visite estemos listos para irnos a su presencia.
También espero que todo esto no se convierta en un circo mediático, en donde las redes sociales busquen sacar el ultimo juguito a la información y podamos dejar descansar en paz a los familiares de aquellos que ya no tienen memoria y que ricos y pobres por igual fueron seres humanos víctimas de un sistema que nunca ha funcionado.