LA TRAMPA EN LA QUE CAYÓ MARCEL

Por Jorge Jiménez

Editor de Espectáculos/La Propuestadigital.com

Marcel cayó en una trampa. No porque ella quisiera. Más bien, se la tendió Máximo Jiménez cuando fue presidente de Acroarte en el período (2011-2013). Desde entonces, Marcel no ha vuelto a ser nominada ni a ganar como cantante del año.

La trampa consistió en que Máximo Jiménez, presidente a la sazón, dirigiendo la asamblea acroartista, sometió una propuesta para que quedaran eliminadas las categorías “cantante femenina del año” y “cantante masculino del año” y que ambas se fundieran en una sola que dijera: “cantante solista del año”.

Desde entonces, Marcel en ese renglón, no ha podido “pasar” en las asambleas de nominaciones, esto, pese a lo “fajadora” que ha sido y que desde siempre se le ha reconocido a Marcel. Y Acroarte es ahora mucho más exigente.

Antes, cuando era “cantante femenina del año”, a Marcel, se le hacía más fácil y cómodo competir por ese galardón, donde sólo eran mujeres.

Ahora no. No le ha sido fácil a Marcel competir y ganar como “cantante solista” porque el nivel competitivo ahí… es muy fuerte, pues casi siempre nominan a Pavel Núñez, Diomaris, La Mala, Wason Brazoban, Manny Cruz y Jacqueline Estévez quien en los últimos años ha tenido más “suerte” para que la nominen.

Los artistas que mencionamos, se funden y compiten por una nominación en la categoría “cantante solista” y ha sido una roca «dura” de roer, para ella superar en calidad y trabajo a uno de los citados arriba.

Esto, pese al dinámico activismo artístico y el exhibicionismo que muestra Marcel hoy en las redes sociales y que la mantienen con vigencia en todo el año.

Quizás, ni la misma Marcel, haya obtenido la respuesta a la pregunta que debe haberse hecho, de por qué la Asociación de Cronistas de Arte (ACROARTE) haya ignorado sus esfuerzos artísticos en los últimos 8 años.

Aquella vez, cuando el ex presidente y hoy líder de Acroarte, Máximo Jiménez se lució con su osadía, Marcel debió recurrir a una protesta callejera y soberana como ella misma la llamó. Incluso, este redactor corrió el riesgo de ser expulsado de la entidad por darle apoyo a la promoción de la misma. 

Marcel, quien se superó cantando, al lado del maestro, Armando Olivero, ha tenido muchísimas iniciativas, en la búsqueda de impactar en el mercado.

Ha realizado grabaciones interesantes, como aquella que tuvo que ver con el cambio climático y ambiental y que tituló “Tamo en calor”.

Pero, además, se recuerda, cuando grabó el merengue “Eres una estúpida” y también cuando hizo el intento de renovarse, grabando música urbana, queriendo competir con La Materialista y Mely Mel.

Marcel, ha utilizado todas las estrategias habidas y por haber; se ha mantenido no sólo grabando, sino también realizando videos y ha hecho grandes inversiones, renovando su apariencia física y ha calzado los más lujosos vestuarios.

En los últimos años, su exhibicionismo en las redes sociales y su presencia, se ha puesto de manifiesto de forma insólita. Y durante el año, realiza presentaciones artísticas en la capital y en el interior de forma consistente.

Pero en los últimos tiempos, no ha podido lograr que su impacto sea tan trascendente, que le permita volver a ser tomada en cuenta por Acroarte, que parece haberse olvidado de ella y no le premia su esfuerzo, tan solo con una simple nominación.

Tendrá que guayar duro la yuca, más de lo que lo hace, para poder alzarse con una nominación o ganar en la categoría solista del año, a los paupas que dominan la misma. A veces, pensamos, que ya a ella, ni le interesa.

Con una figura impresionante, un cuerpo monumental, ya Marcel, no tiene un viejo que se lo dé todo, tal vez por eso grabó hace cuatro años “Vacía de amor”. Es increíble como vive montando espectáculos y siendo reconocida en el exterior como pasó con New Jersey, México y otros lares.

Sin embargo, todo lo que hace y puede hacer, contrasta con la actitud de Acroarte, a la hora de la entidad evaluar… y sigue siendo ignorada, porque desde que se aprobó “cantante solista” esa categoría le cayó como una maldición, a sus planes, quedando entrampada.

Por suerte, y como se sabe vender, el mercado y no Acroarte, la sigue valorando.

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