La volátil situación estadounidense

J.C. Malone

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      Nueva York.-Los Estados Unidos se hunden precipitadamente en una espiral descendente de violencia, delincuencia e indigencia.

Hace poco, pistoleros dispararon contra una multitud en Sacramento, California, mataron seis. Después, alguien disparó contra pasajeros en un vagón del metro neoyorquino, hirió más de 10.

Dice el portal GunViolenceArchive.com, que llevamos más de 120 tiroteos con muertos y heridos en solo cuatro meses.

      La pandemia profundizó las desigualdades económicas, multiplicó los indigentes, disparó la violencia y la delincuencia.

También afectó las agencias gubernamentales que forman la mesa de tres patas de la seguridad pública.

La policía arresta, la fiscalía acusa, los jueces condenan y los guardias penitenciarios mantienen los delincuentes presos.

Policías, fiscales y guardias penitenciarios renuncian masivamente, quejándose del exceso de trabajo, altísimo riesgo, y bajísimos salarios. 

La nación más rica del planeta tiene un serio problema por la injusta distribución de sus riquezas, eso se refleja en la seguridad pública.

Delincuentes, fiscales, policías y guardias penitenciarios, y casi un millón de indigentes necesitan dinero.

Aunque sobra el dinero. Jeff Bezos, el dueño de Amazón.com, se gastó $5,500 millones para flotar cuatro minutos en el espacio.

Abajo, en “la tierra de los libres, el hogar de los bravos”, como dice el Himno Nacional estadounidense, se multiplican los campamentos de indigentes.

Antes de la pandemia, el Gobierno Federal censó 27 campamentos con unas 600 mil personas, debemos pasar del millón de deambulantes.

Este año, la alcaldía neoyorquina desmanteló más de 700 campamentos de indigentes. Esto es solo la ciudad de Nueva York, en Los Angeles, Chicago y otras grandes ciudades la población deindigentes crece aceleradamente.

Esos indigentes, los millones de desempleados, y otros millones de empleados mal pagados, multiplican los descontentos.

El salario mínimo federal está estancado en $7.25 la hora desde el 2009, y no aumentará en medio de la ola presente inflacionaria, porque quieren controlar el circulante.

      Ese descontento acumulado, multiplicado por los constantes aumentos de precios puede desembocar en algo muy feo. Los precios de todos los alimentos básicos aumentan con las horas.

La crisis política nacional se profundizará si millones de descontentos políticos muy bien armados, y fanatizados seguidores del ex presidente Donald Trump, pierden las esperanzas de retomar el poder.

En Nueva York está quedando sin efecto uno de los casos judiciales mas problemáticos que enfrentaba Trump, aunque en Georgia se habla de presentar cargos criminales en su contra.

Si Trump no puede ser candidato, sus seguidores convertirían el descontento en levantamientos armados, multiplicando el asalto al Congreso del seis de enero del 2021.

La situación estadounidense es bastante volátil.

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